El Instituto de Política Familiar (IPF) ha emitido un comunicado en el que critica la Ley de Reproducción Asistida por promover las cobayas humanas. Y es que efectivamente, la nueva Ley -que previsiblemente se aprobará este jueves- abre la puerta a la investigación con embriones humanas eliminando la barrera establecida por la Ley Pastor que permitía la investigación para los embriones con más de 5 años de antigüedad en el congelador.

Además, la nueva Ley de Reproducción Asistida, elimina las limitaciones para la formación de embriones congelados. De esta forma, el Gobierno pretende crear la legislación más progresista de nuestro entorno en relación a la investigación biomédica. Siguen sin explicar, por qué pasados 18 años desde la Ley de reproducción Asistida de 1988 sigue sin existir un registro de gametos crioconservados como establece la Ley. Siguen sin explicar los controles establecidos desde Sanidad para controlar las actuales neveras. Y sobre todo, se abre la puerta al desprecio más absoluto de la vida humana desde el mismo momento de la concepción.

Y es que los expertos que asesoran a la ministra forman parte del equipo Daphne, casualmente financiados por la farmacéutica Schering, especializada en productos anticonceptivos y patrocinadores de proyectos de investigación biomédica. Pero es sólo casualidad.