Intereconomía ha desarrollado un índice del consumidor que al modo del indicador de la Universidad de Michigan mide las expectativas del consumidor de cara al futuro. El IndexIntereconomia ha sido desarrollado por quien fuera director del CIS, Ricardo Montoso, lo que garantiza seriedad en el manejo de las muestras y las estadísticas, aunque también la sospecha de la cocina que criticaba Caldera de los informes del CIS.

En todo caso, la cocina es fácilmente descartable porque las conclusiones de la primera oleada son básicamente las mismas de las expectativas económicas del CIS. La macroeconomía va muy bien. Crecemos más del doble de la media europea, creamos dos tercios del empleo de la UE y tenemos superávit presupuestario.

Pero el ciudadano medio percibe que las cosas no van bien y tiene miedo del futuro. Y casualmente, las expectativas se han visto deterioradas en los últimos dos años. Juan Español no conoce el problema del diferencial de inflación ni de la pérdida de productividad ni de la caída de la competitividad y el deterioro de nuestro exterior. Pero intuye que las cosas no huelen bien para el futuro. Y en esto coincide tanto el CIS como el IndexIntereconomía.

La novedad de este último índice es que el español cree que las cosas no van a ir bien en general, pero no cree que eso le vaya a afectar directamente. Es decir, las desgracias del futuro serán para otros. Quizás en esa estrategia tan humana de pensar que todo lo malo siempre les toca a los demás. Las expectativas sobre la economía en general no son buenas, pero para mi economía familiar serán mejores que la media. ¿A que es muy divertido el ser humano?