No es la primera vez, y supongo que no será la última, que Hulk, el bravucón hombre verde de la factoría Marvel se traslada a la gran pantalla. Pero en esta ocasión la calidad del producto es superior debido a un mayor dramatismo en su contenido.

El científico Bruce Banner ha estado viviendo en la sombra, alejado de la mujer que ama, la Dra. Elizabeth Ross, para evitar la persecución por parte del General Thaddeus y a la espera de descubrir un remedio que evite la cruel transformación que lo convierte en el brutal Hulk. Pero debido a las tecnologías de la información, Banner lo tiene realmente difícil para esconderse en cualquier parte del planeta, más aún cuando surge en el panorama un villano terrible denominado Abominación.

Los peligros del cientificismo, la obsesión de algunos gobernantes por la creación de armas de destrucción masiva además de una bellísima historia de amor tienen hueco en esta nueva recreación del "héroe incomprendido". Eso sí, al parecer el convincente dramatismo de todo su desarrollo se debe, fundamentalmente, a la intervención directa en el guión del actor, Edward Norton, que se prestó a encarnar al dual personaje de Bruce Banner/Hulk siempre que su personaje tuviera más recorrido y profundidad que el exhibido en largometrajes anteriores (en el último, el monstruo verde fue encarnado por Eric Banna). Pero que nadie se confunda: esa gran carga dramática no impide que los efectos visuales estén magníficamente resueltos y que la película posea un ritmo trepidante. 

Para que no falte nada los nostálgicos se toparán con un guiño cinematográfico divertido: en El increíble Hulk aparecen brevemente Bill Bixby y Lou Ferrigno, los dos actores que dieron vida al monstruo a finales de los de los 70 y principios de los 80 en la serie titulada con el mismo nombre.

Para: Los que les gusten las películas de calidad basadas en cómics