Este jueves trascendía la posición mantenida por el lobby neocon afín al PP, el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), en relación al envío de tropas al Líbano. El GEES consideraba ya hace quince días que resulta un sinsentido enviar tropas al Líbano en las condiciones de la resolución 1.701 de Naciones Unidas: Se pide un embargo de armas para Hezbolá, pero se niega a condenar a su principal base logística, Siria, y mucho menos a su principal proveedor, Irán; se confía en una paz en la zona que nadie, salvo Israel, está capacitado para garantizar.

El GEES interpreta que Rajoy se deja llevar por los complejos de la participación de España en Iraq, pero recuerda que a las guerra se va para ganar y que en las condiciones actuales, las tropas españolas sólo servirán a los intereses de Paris, o peor, de Siria. Conclusión: España no debe de enviar tropas a una misión indefinida, donde el propio presidente del Líbano reconoce que Hezbolá forma parte del Estado libanés. No va a haber desarme efectivo del grupo terrorista que ha descubierto que la guerra de guerrillas funciona fenomenal en la batalla contra Israel.

Por eso el portavoz de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, ha exigido que Zapatero y Alonso expliquen bien el contenido de la misión española en el Líbano. No se trata como afirma Rajoy- de la existencia o no de riesgo, sino de si la misión tiene sentido. Porque como es obvio, Iraq tenía también mucho riesgo. Y como en el GEES concluyen que la operación de los cascos azules no servirá más que para retrasar una guerra larvada, su posición es que Zapatero no debería jugar a soldaditos de plomo y Rajoy no debería darle su apoyo. Batalla interna en el seno del PP de cara al debate parlamentario sobre el envío de tropas. De momento, el gobierno descuenta la aprobación parlamentaria enviando una avanzadilla de 24 hombres. ¡Menos mal que -como repite De la Vega- el gobierno tiene la primera palabra, pero el Parlamento la última!