El consejero de Justicia del gobierno vasco, Joseba Azcárraga, afirma que acata, pero no comparte la sentencia del Tribunal de Justicia del país Vasco que declara ilegales las ayudas del gobierno vasco a los familiares de los presos etarras. "Si lleváramos al extremo lo que dice la sentencia, resulta que no podríamos ofrecer atención sanitaria o educativo a los presos vascos y vascas. ¿Y quién la daría?", se pregunta. En su opinión, el actual gobierno ha heredado una cicatería en materia penitenciaria.

El gobierno vasco, sin embargo, se muestra muy sensible a los problemas de los presos y la defensa de los derechos humanos de "todos y todas", "aunque hayan cometido crímenes terribles". Cuestión de sensibilidades. Por cierto, que en las condiciones para el proceso de paz, Azcárraga sitúa además del fin de la violencia, la "humanización del conflicto", es decir, eliminar la dispersión de presos etarras y no abusar de la prisión preventiva. Por cierto, que este último instrumento es un instrumento generalizado no exclusivo de los presos vascos.

Y tan sensible es el consejero de Justicia del gobierno vasco que anuncia que seguirán ayudando a las familias de los presos etarras a través de la asistencia social penitenciaria. Es decir, que acatan la sentencia, pero por la puerta de servicio, porque buscan y encuentran fórmulas para vulnerar la letra y el espíritu de la sentencia en tanto que la recurren. Y como gesto de desprecio., Azcárraga afirma que "le aburre" tener que explicar todos los días lo mismo. Imagínese Joseba lo que nos aburre escuchar todos los días el mismo insulto...