• Nuevo ajuste –fiscal- de 65.000 millones de euros: impuestos de sociedades, tasas medioambientales, anulación de la desgravación por vivienda, más impuestos especiales, etc.
  • El Ejecutivo español renuncia a reducir gastos –la reforma del Estado- y subvenciones, y opta por gravar más a los españoles.
  • Mariano Rajoy pide sacrificios a los españoles en el Congreso entre los gritos de sus señorías. Pero no aprovecha esa subida para reducir los impuestos laborales que impiden la creación de empleo.
  • Con Bruselas no se puede contar: El Presidente ha renunciado ya a que Europa compre deuda española pero acepta lo que no debió aceptar: que 'ayude' a sus bancos.

Y al final, subió el IVA. Lo hará el tipo medio, el más importante a efectos recaudatorios, del 18% hasta el 21%. El tipo reducido del 8% pasará a pagar el 10% mientras el superreducido se queda en el 4%.

Sin embargo, Mariano Rajoy (en la imagen) se ha quedado sin margen para compensar la subida del IVA con la reducción de impuestos laborales, el famoso 'cuotas por Iva'. En España manda Bruselas y a Bruselas le importa poco el paro español: sólo le importa el déficit.

En definitiva, no se aprovecha la subida del IVA para reducir cuotas, que es el principal impedimento para crear empleo.

En general, todas las medidas anunciadas hoy por Rajoy suponen que el Estado va a recaudar 65.000 millones de euros más, a costa de subir todo tipo de impuestos –se tocará también Sociedades, se anulará la desgravación por  compra de viviendas, etc.- mientras la reducción de gastos sólo queda para las pagas de los funcionarios.

En resumen, se supone que un Gobierno de derechas se dedica a reducir gastos y subvenciones, no a subir impuestos, al revés de lo que sucede con un Gobierno socialista. Sin embargo, Rajoy ha hecho lo contrario: subir la presión fiscal por segunda vez.

Eso significa que la reforma del Estado, que es la reforma más importante, queda en el aire. Reforma del Estado significa reducir el tamaño del Estado, especialmente las duplicidades autonómicas y municipales, así como las empresas públicas y aquellas, como ocurre con la minería o las energías renovables. empresas privadas que viven de subvenciones estatales

Una reforma del Estado sólo puede hacerse por consenso, especialmente con el principal partido de la oposición, el PSOE. No lo esperen. Mientras Rajoy pedía sacrificios a los españoles desde la tribuna del Congreso de los Diputados, el grupo socialista abucheaba al presidente. No, no habrá pacto de Estado por la reforma del Estado, es decir, por la reducción del Estado.

Y Rubalcaba ratificó esa tendencia. Buen diagnóstico y buenos golpes a Rajoy pero se quedó en la búsqueda de culpables, no en la aportación de soluciones.

Por lo demás, todo esto lo hace Rajoy cumpliendo órdenes de Europa. El presidente del Gobierno ya ha rechazado la ayuda europea: Bruselas no está dispuesta a comprar deuda española, que sería la verdadera ayuda. Sólo está dispuesta a aportar créditos blancos –no muy blandos- para sanear a la banca española en dificultades. Y esto es lo que España no debía haber aceptado. Si Bankia estaba quebrada, debería quebrar. Es lo que pidió Durán Lleida, el líder de la minoría catalana: que Bankia hubiera sido liquidada.

Y encima, a cambio de esos créditos blandos, cedemos soberanía, no sólo bancaria sino también de política económica. Hemos vendido la primogenitura por un plato de lentejas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com