El PP tampoco parece preocupado

 

Han pasado ya más de 24 horas y el Gobierno Zapatero sigue sin reaccionar ante el último órdago secesionista catalán. La Mesa del Parlament resolvió dar el visto bueno a un referéndum independentista. Una propuesta de ERC que contó con el apoyo del portavoz de CiU, Corminas. Obviamente se trata de un referéndum ilegal. Es verdad que el 'zapaterismo' despenalizó la convocatoria de referéndums. Pero también es verdad que lo hizo porque el Estado ya tenía otros mecanismos de defensa. ¿Por qué no los utiliza? Primero: remitir el acto de la Mesa a la Fiscalía. Segundo: prohibir a la Junta Electoral facilitar el censo para efectuar la consulta. De momento, nada. ¿Por qué? Muchos en Cataluña se empiezan a plantear la utilidad de un Estado que no responde cuando se le necesita.

Más llamativo resulta el silencio del PP. Algunas fuentes consideran que quizás el órdago de ERC era lo que los magistrados del TC necesitaban para emitir sentencia sobre el Estatut. Ante esa eventualidad, mejor permanecer callados. Puede.

Luego está lo de CiU. ¿Por qué Corominas se tira a la piscina para que luego CiU le desautorice y se comprometa a rechazar la propuesta? Puede que Corominas se esté recolocando de cara a las listas autonómicas. Siempre podrá esgrimir que le han marginado por defender a Cataluña, que siempre queda muy bien. No obstante, la división no es más que una muestra de la división interna en CiU. Hay quien prefiere resucitar a ERC para evitar tener que pactar con el PP. Y los hay que están dispuestos a dejar al notario tranquilo.

En todo caso todavía queda el dictamen del Consell Consultiu. Si este resuelve que no ha lugar, la decisión irá a la Mesa y será entonces cuando Corominas se tendrá que retratar.

Andrés Velázquez

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