El Consejo de Ministros aprobó el viernes 15 la constitución de la Fundación Pluralismo y Convivencia con el fin de canalizar la ayuda del Estado a las actividades culturales y educativas de las confesiones minoritarias. De la Vega ha dejado claro que no se financiará la actividad religiosa en sí misma, sino las actuaciones que en el campo educativo, cultural o asistencial realicen las tres religiones minoritarias con arraigo en nuestro país: evangélica, judía e islámica.

Resulta importante esta distinción, porque estas confesiones ya podrían acceder a la financiación pública a través de la presentación de sus proyectos sociales a la financiación vía IRPF al igual que lo hace Cáritas o Cruz Roja, por ejemplo. Sin embargo, se habilita mediante un mecanismo sin mucha burocracia -así lo explica la vicepresidenta- una partida de hasta 3 millones de euros para el primer año.

Dice la información oficial del Gobierno que con la constitución de esta fundación "se avanza en el camino de facilitar a todos el ejercicio efectivo de la libertad religiosa en plena congruencia con los valores constitucionales que sustentan la democracia". Un discurso distinto del pronunciado por la vicepresidenta que insiste en no financiar el culto y entiende la religión como una ONG. Igual que la mirada de los batasunos hacia la Iglesia católica: querida, admirada y financiada mientras sea la Iglesia de coros y danzas.

Pero lo más sorprendente es la negativa del Gobierno a establecer la financiación de las confesiones minoritarias por la vía presupuestaria como lo hace la Iglesia católica. "De momento, hemos establecido este sistema", señala vagamente la vicepresidenta a pregunta de Hispanidad.com. ¿No será, señorita De la Vega, que no existen ese millón y medio de españoles que practiquen esas religiones minoritarias? ¿No será que ninguna de las religiones minoritarias se quiere ver reflejadas en la X del IRPF donde se registra la financiación tributaria de la Iglesia católica porque temen que aparezca la realidad de la minoría minoritaria de "otras confesiones"? ¿Por qué sino esa oposición?