La Secretaria de Estado de Iberoamérica, Trinidad Jiménez, se felicitó en la mañana de este lunes por el acuerdo alcanzado entre la petrolera hispana-argentina Repsol YPF y el gobierno boliviano de Evo Morales. ¿Cree Ud. que puede calificarse de satisfactorio teniendo en cuenta que se han vulnerado nuestros intereses afectando gravemente a la seguridad jurídica y al libre mercado? Le pregunta Aldo Olcese.

La Trini se pone nerviosa y contesta que el gobierno español no debe de emitir juicios políticos ni sobre los gobiernos ni sobre sus decisiones, por una cuestión de respeto a las decisiones de los electores. Pero añade que Bolivia, en el ejercicio de su soberanía, tomó la decisión soberana de nacionalización de los hidrocarburos y se trata de una decisión legítima adoptada por un gobierno soberano. De esta manera, el gobierno cierra las puertas a la compañía a acudir a los tribunales internacionales si lo considera oportuno. Mal argumento cuando tu propio gobierno reconoce la legitimidad de la expropiación.

Aún así, la Trini señala que en paralelo al respeto de las decisiones de los gobiernos, España debe defender los intereses de las empresas españolas que operan en la región. Para eso hace falta una relación política fortalecida y ágil y Bernardino León lo ha hecho muy acertadamente. Pero ¿no habíamos quedado en que la secretaría de Estado de iberoamérica se había creado para fortalecer los lazos políticos? Definitivamente, la Trini es titular de una secretaría sin cartera.