Empecemos por el final: hay que aplaudir las medias tomadas por José Montilla sobre el precio de la electricidad, anunciadas en la mañana del martes 7. Son buenas, quizás insuficientes, pero caminan en la correcta dirección para terminar con el gran escándalo del coste de la luz en España, que podríamos resumir así. El particular de cualquier economía, financia los bajos precios que los industriales (acerías, cementeras, azulejeras, etc.) pagan por la tarifa de la luz.

Un industrial puede pagar unos 25 euros por MW, mientras la media europea está en los 55 euros por acción. Se trata de crear un mercado a plazo que asegure el suministro por periodos de 4 o 5 años pero a cambio de pagar más del doble de lo actual. Si no se crea un mercado a plazo, simplemente el Gobierno lo forzará.

Ojo, no significa que la tarifa para particulares descienda. Es más, acaba de subir un 4,5%, y aún se pretende reducir el déficit (hoy cifrado en un 20%), pero al menos no necesitará subir tanto, dado que los ingresos procedentes de grandes empresas caerán.

Por otra parte, el Gobierno trata de evitar las manipulaciones del pool, sobre todo porque las grandes empresas pueden ser compradoras y vendedoras en los mismos.

Para completar el cuadro, sólo faltaría reformar la tarifa según el tipo de generaciones, porque determinadas energías están primadas sobre otras.

Otra buena media anunciada por Montilla consiste en asignar a una empresa independiente la formalización de los contratos de suministros. En otras palabras, que sea más fácil cambiar de operador eléctrico.