En 1966 un accidente aéreo contaminó de material radioactivo la pedanía de Palomares. El entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga, protagonizó uno de los baños de políticos en la playa más conocidos de la historia. Con el bañador casi a la altura del sobaco y con su incipiente cojera, don Manuel entró decidido en el agua sin que nada le pasara.

Pero claro, los paisanos se quedaron con la supuesta radiación. Y como este gobierno gusta de solucionar los problemas del pasado (niños de la guerra, memoria histórica y así), pues resulta que en noviembre de 2004 se acordó indemnizar por el desastre ecológico con tres millones de euros. Y como sólo se habían satisfecho 16.927,16 euros, el gobierno ha autorizado un crédito extraordinario por importe de 2.983.072,84 euros, que la cosa comienza a correr prisa.

El crédito se enmarca en las obligaciones previstas por el Plan de Investigación Energética y Medioambiental y será contabilizado en el presupuesto del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambentales y Tecnológicas.