Nada de mencionar la Voluntad de Dios porque resultaría políticamente incorrecto, además de contrario a la filosofía de un Estado laico como el nuestro. Siempre desde la visión del laicismo militante ejercida desde el actual Gobierno. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha respondido a las comprometidas palabras de la comisaria saliente, Loyola de Palacio, en las que abogaba por una solución "biológica" para la dictadura castrista. "Cada uno debe asumir la responsabilidad de sus propias palabras", señaló.

Eso sí, Desatinos confirmó su intención de modificar la postura del Gobierno español en relación a Cuba "con el fin de profundizar la democracia y avanzar en la conquista de los derechos humanos". Mucho. Su fórmula para alcanzar estos objetivos es... lo han adivinado, el diálog "Un intenso diálogo con la UE, un intenso diálogo con las fuerzas políticas españolas y un diálogo con las autoridades cubanas en la medida en que sea posible". O sea, repartir puros de la paz provenientes del dictador. Una estrategia ya probada y de resultados escasos.

Por cierto, Moratinos no ha querido responder a nuestra pregunta sobre la posición del Gobierno en relación a la resolución de Naciones Unidas sobre el Sahara: "Hicimos una nota muy clara al respecto". ¿Cómo?, le preguntamos. Respuesta de vaguedades: "Muy satisfactoria para nosotros, para los marroquíes y para los argelinos". Es decir, bueno, bonito y barato.