Sr. Director:
Desde hace algún tiempo, con frecuencia, vengo escuchando ciertas intervenciones en los medios que, apoyándose en determinados expertos, vienen a decir que los asesinos, maltratadores,... ya nacen para asesinar, maltratar,...
o, dicho de otro modo, que esas personas nacen con un gen que les lleva irremediablemente a matar, maltratar,... Y lo que más me llama la atención es que los que afirman lo anterior lo hacen generalizando, lo que supondría negar que somos libres y, por lo tanto, responsables. ¿Para qué serviría, entonces, la educación? Y como no se trata de algo baladí, convendría reflexionar sobre ello, haciéndose algunas preguntas, como las siguientes:

La mayoría de los asesinatos cometidos por nazis o comunistas, ¿se habrían producido si éstos no hubiesen estado envenenados por ideologías totalitarias? Los asesinatos cometidos fuera del campo de batalla en nuestra guerra civil, ¿se habrían producido en circunstancias normales? Y lo mismo podríamos preguntarnos sobre los múltiples atentados y suicidios perpetrados por islamistas radicales.

En cuanto a los maltratadores, ¿qué se puede esperar en una sociedad en la que los grupos que más se mueven, feministas radicales, por ejemplo, no dicen ni mu, o muy poco, en relación con anuncios de los periódicos tales como Te recibiré de rodillas, Haremos lo que quieras, Seremos tus esclavas, Aceptamos todo tipo de humillación..., mientras que si a alguien se le ocurre hablar de castidad, poco menos que se lo comen? Ah¡, y los demás, la mayoría silenciosa, calladitos para no crispar, presumiendo de moderados.

También hay que tener mucho cuidado con ciertos expertos, pues, por ejemplo, unos culpan a los padres por las fechorías que hacen sus hijos, mientras que otros, ¡o los mismos!, les ponen a parir por dar un cachete a su hijo. ¡Asombroso!. Y es que hay expertos, ¡hasta con un par de carreras!, que hacen agua por todas partes. A veces parece que determinados estudios universitarios (como todos sabemos cuáles son, no lo diré, para que no me llamen crispador), de un tiempo a esta parte, sólo sirven para quitar el sentido común. Desde luego, mis abuelos del pueblo y sus vecinos, con sólo los estudios primarios y no completos, sabían bastante mejor por dónde se andaban.

Vicnuel Sánchez González