No se lo digan a nadie, pero la Cumbre Europa-África ha resultado un fracaso, por tres razones:

1. La diplomacia china. Se ha vuelto a invitar y a dar rienda suelta por motivos económicos a dictadores como el de Zimbabue, el sangriento Robert Mugabe, siguiendo la diplomacia abierta con el caso chino, donde los intereses comerciales orillan a los políticos. Y no fue el único tirano presente en la Cumbre. Mientras el respeto a los derechos de la persona no se considere situación ‘sine que non' para entrar en el libre flujo de comercio internacional, las dictaduras seguirán proliferando en el mundo.  

2. Inmigración. Se impone, no ya la política de cuotas, sino sencillamente unas fronteras cada vez más cerradas a quienes huyen de la miseria en África. En definitiva, Europa quiere vender sus productos en África y, sobre todo, explotar sus recursos naturales. Lo que no quiere es importar.  

3. PAC. Lo más curioso de la economía del siglo XXI es que es el Tercer Mundo quien reclama liberalismo económico, fronteras abiertas. No las hay para sus trabajadores pero sí para sus productos. Sólo que sus productos, especialmente agrícolas, no pueden competir con los europeos, que vienen subvencionados por la Política Agraria Común (PAC), lo mismo que hacen los norteamericanos con las Farm Act. Leyes que eternizan las subvenciones públicas en el mundo rico y el subdesarrollo en el Tercer Mundo. En África se conformarían con que los europeos retiraran las subvenciones a los alimentos. Del resto ya se encargan ellos.

Con menos PAC no hacen falta ni ayudas al desarrollo, porque la mejora de las técnicas agrícolas es imparable en África. Igual de imparable, al parecer, que las subvenciones en Europa.

Eulogio López

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