El Wall Street Journal (WSJ) asegura que el no-nato Basilea III camina hacia adelante. Los chicos de Murdoch sabrán por qué. Personalmente, opino que Basilea es un fracaso. Lo fue el primero, la crisis demuestra que lo fue el segundo y mucho me temo que volverá a serlo el tercero, porque ninguno ataca la especulación financiera, verdadera causa del desastre económico en el que nos movemos. Si no les gusta el término especulación, no tienen más que hablar de exuberante liquidez, o de financierización, que todo es lo mismo.

Veamos:

Basilea I centró en el 8% el coeficiente de recursos propios, considerado la clave de la solvencia bancaria. Simplificando el asunto: si un banco quiere prestar 100 euros, debe tener fondos propios por 8 euros.

Ahora bien, al igual que ocurre con el jamón, no todos los recursos propios son de la misma calidad. Los fondos propios pata-negra son el capital que ponen los socios del banco, las reservas y los beneficios no distribuidos. Pues bien, a la hora de la verdad, ese 8% puede cubrirse con un 2%. Otro 2% serían preferentes y el 4% restante deuda subordinada que, en opinión de buena parte de la comunidad financiera en sus momentos de sinceridad, no pueden considerarse recursos propios y, además, resultan bastante caros.

En cualquier caso, en cuanto llegaban las pérdidas todo se iba a freír espárragos.

Luego vino Basilea II, hoy en vigor, que no aportó nada nuevo, salvo la creación de puestos de trabajo varios cientos- de burócratas que viajaban mucho hasta la ciudad suiza, así como por las principales plazas financieras del mundo. En otras palabras. Basilea II apenas modificó el coeficiente pero complicó extraordinariamente el cálculo, con lo que todo dependía de la manga ancha de las autoridades regulatorias y de los listillos de Wall Street.

Fíjense si habrá fracasado que con Basilea II llegó la crisis financiera mundial de 2007 y en ella seguimos.

Basilea III pretende aclarar el galimatías de Basilea II y poco más. Es más, los intermediarios financieros presionan, asegurando que si les obligan a elevar los recursos propios pata negra habrá menos crédito. Lo que no dicen es que si no se elevan un 2% de fondos propios no es defensa suficiente ante cualquier mora medianamente elevada y se precipitarán al abismo del que les salvaremos todos con nuestros impuestos, o creando aún más liquidez. Con la crisis de las subprime hemos hecho ambas cosas a la vez.

Basilea (el I, el II y me temo que también el III) han resultado un fracaso. El cambio vendría con una reducción de la liquidez artificial, de la burbuja financiera. Para ello, es necesario volver al patrón oro o a otro patrón de referencia. No se emite más dinero que el que esté soportado por oro, que durante siglos fue la moneda mundial sin que cada país perdiera su soberanía monetaria.

Pero para luchar contra la especulación se debería volver al pasado, aún más atrás en la historia. En otras palabras. Lo único que deberían poder prestar los bancos es el dinero de los depósitos a plazo y, naturalmente, los recursos propios. Los depósitos a la vista, jamás. No es broma, en algunos países europeos, prestar el dinero a la vista que había dejado un cliente para que se lo guardaras se condenaba con la horca.

De la misma opinión es The Economist, quien pide no más recursos propios, sino mejores.

Y si no, pues a esperar la próxima crisis.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com