El agresor es inmigrante en una proporción de 4 a 8 veces superior al autóctono, afirma un estudio de la Universitat Abat Oliva CEU

 

Un estudio del Instituto del Capital Social (INCAS) de la Universitat Abat Oliba CEU, denominado 'Jóvenes, Mujeres, Mayores: el Maltrato en la Familia. Una aproximación cuantitativa de su importancia', ha concluido que el feminicidio es 9 veces superior en las parejas de hecho que en los matrimonios.

El informe señala que las parejas de hecho incurren en el feminicidio en mayor medida porque su estabilidad es menor y la ruptura más frecuente. Sin embargo, el aumento de la duración del vínculo, su estabilidad, disminuye la violencia extrema contra la mujer. En este sentido, la nueva legislación sobre el divorcio tiende a favorecerla al debilitar el vínculo, sin reducir la proporción de divorcios contenciosos, apunta el informe.

Otras conclusiones de este estudio son que la razón básica del feminicidio es la ruptura de la relación: hasta un 45% de casos se explica por esta causa. También pone de relieve que la tasa de feminicidios en las mujeres inmigrantes es, en sus magnitudes centrales, entre 5 y 9 veces superior a las autóctonas. Asimismo, el agresor también presenta la condición de inmigrante en una proporción de 4 a 8 veces superior al autóctono. En este sentido, el reagrupamiento familiar de los inmigrantes reduce la violencia contra la mujer dado que no es aquélla condición la causa, sino su situación y el tipo de vínculo de pareja que adoptan, señala la investigación.

Respecto al maltrato a menores, prevalece la condición femenina del agresor -afirma el estudio- y, sobre todo, las familias monoparentales como las causantes en mayor proporción a su universo de este tipo de violencia. "Existe una estrecha relación entre ambos factores, dado que en las familias monoparentales es la mujer quien, en la mayoría de los casos, tiene los hijos a su cargo", apunta. En general, la ruptura familiar, incluyendo las familias reconstituidas favorecen el maltrato infantil, en una proporción 14,6 si es monoparental, y 4,5 veces mayor si es reconstituida que la familia básica.  

"Estos resultados contradicen el planteamiento de la ideología de género en el seno de la familia. Desplaza el eje agresor-víctima, de la caracterización hombre-mujer, a otra más compleja, fuerte-débil estabilidad familiar. Este modelo sí posee capacidad explicativa para la gran mayoría de casos de los tres tipos de violencia estudiados que se produce en el seno de la familia: infantil, mayores de 64 años y mujeres. De acuerdo con las fuentes utilizadas, el maltrato infantil denunciado se sitúa entre 1.000 y 1.200 casos por millón de habitantes. La cifra real es mucho mayor. Si atendemos a la última información (noviembre 2011) de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil que establece que sólo se denuncian el 20% de los casos reales, la cifra se elevaría a 5.000-6.000 casos por millón", destaca también el informe.  

En cuanto al maltrato a mayores de 64 años, el estudio afirma que "resulta evidente que este tipo de violencia es la más extendida, mucho más que la que se da contra la mujer. A pesar de ello, y de su indefensión, no sólo no existen políticas, sino que los datos son de una endeblez extrema. La violencia contra los ancianos no parece interesar a nadie". La investigación afirma que existe una gran diferencia, según las fuentes, que puede oscilar entre prevalencias de 14.000 casos por millón, dato coherente con la serie que puede establecerse con los dos estudios sobre el tema del Centro Reina Sofía, y 40.000 (y sería una hipótesis más bien baja) si consideramos otras fuentes, sobre todo internacionales pero también españolas. "En cualquier caso, el maltrato crece con la edad de la víctima y su grado de dependencia, en una clara relación fuerte-débil. La falta de datos no permite inferir ningún supuesto en relación a la estructura familiar", señala el informe.  

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com