Volkswagen protesta por una operación que considera fraudulenta, mientras el Gobierno español se apunta a la función tarde y mal

Ni los viajes del ministro Sebastián van a arreglar mucho en Figueruelas, dado que España llega tarde y mal. En lugar de pedir sitio en las negociaciones con el grupo ruso-canadiense Magna, ahora se ofrecen avales, es decir, dinero, para que no cierren o reduzcan la planta zaragozana de Figueruelas.  

Además, la operación se ha liado. Un portavoz oficial de Volkswagen recordaba que un fabricante de proveedores, del que es cliente, no debería poseer un competidor como es OPEL, encima financiado por el Gobierno federal y los gobiernos regionales, mientras amenazaba con seguir atentamente el desarrollo de la operación.

Al fondo, el punto más débil de la operación, el más famoso consultor de Europa y multimillonario alemán Roland Berger (su representante en España es Ángel Corcóstegui). Berger ha intervenido en todos los frentes de la negociación, como asesor del Gobierno Merkel, de la propia General Motors y de los compradores, de tratara de Magna o de FIAT. Demasiado hasta para Berger.