• La candidatura no estaba preparada para cuando la última renovación de Florentino, pero el proyecto Ancelotti está creando el ambiente necesario.
  • Esta vez, tras perder frente al Atlético, han bastado siete jornadas para incendiar el Bernabéu.
  • La salida de Ozil, el caso Casillas, el regalo de Kaká... la verdad es que, apenas una semana después de su éxito, Pérez ya empieza a escuchar silbidos.
  • Sanchís busca aliados en los salientes de anteriores juntas directivas del club.
  • Y no hay que olvidarse de Villar Mir.
  • El modelo de Sanchís es el Bayern Munich.

Todo dirigente futbolístico tiene que tener claro que, para su supervivencia al frente de una entidad deportiva, necesita de manera imperiosa que algunos factores claves estén en un cierto equilibrio, y que ninguno de ellos sea un problema. En primer lugar, está, como es lógico, el vestuario. 

Florentino, contumaz en el error, tiene el gallinero muy revuelto. Primero porque se cree el mejor entrenador del mundo, y ha vuelto a deshacer un equipo que José Mourinho le dejó hecho. Sus caprichos de ordenar que no juegue Casillas, de vender a Ozil para poder pagar a Bale, de regalar a Kaka, y de subir de manera unilateral el contrato de Cristiano sólo ha servido para caer ante el Atlético de Madrid, en casa. Y lo que es peor, para proporcionar una penosa sensación a los aficionados en las jornadas de Liga que se llevan jugadas.

En segundo lugar, ha de tener la prensa a su lado. Conocido es de todo el mundo futbolero que Florentino presume de llevarse bien con la prensa y para eso utiliza el dinero y el palco del Real Madrid. Pero hoy desde el Marca, desde Onda Cero, desde el diario AS, le dicen ¡Basta ya! y le señalan como culpable del desastre. 

Finalmente, la tercera pata es la masa social. Aparentemente la masa social, es decir, sus compromisarios, los tiene bien aleccionados... pero el Bernabéu es la prueba. Ya todos piensan que este hombre ha cumplido un ciclo.

Dicho esto, se esta montando un frente del Madridismo, liderado por Manolo Sanchís, para volver al Madrid de los principios, de los valores, no de los petrodólares ni de los constructores. No es de recibo, como ya lo hizo en su primera etapa, cómo está tratando a la parte española de la plantilla. Ya se equivocó con Del Bosque, Hierro, el propio Sanchís, Raúl, etc. Ahora le toca a Casillas, Ramos y siga contando. 

Se trata de imitar el modelo del Bayern Munich, ejemplo de club bien gestionado desde todos los puntos de vista, aunque su presidente tenga problemas con el fisco alemán. Aquí, por el momento, Montoro no se ha atrevido con Florentino.  

Montoro, que tanto alaba el sacrificio de los españoles y de que no sube las pensiones, podría revisar la famosa Ley Beckham y hacer que los niñitos extranjeros que juegan en la liga Española, paguen los mismos impuestos que los españoles. 

En realidad, España me duele, que diría el poeta. Nos quejamos de lo que gana el Rey, de lo que gana un ministro, pero no decimos nada cuando Florentino se gasta 700 millones de euros en jugadores. No olvidemos que diez jugadores de la primera plantilla del Real Madrid ganan más que Alfredo Sáenz, el ejecutivo mejor pagado de España, en su mejor época.

Y no se olviden de Villar Mir.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com