Sr. Director:

¡Que buenos y que solidarios somos!

El señor Anasagasti culpa al PP, a Aznar, Zaplana, Aceves.... (¿será también por la Guerra de Irak?) de lo que le pueda pasar al vampiro vasco por su dieta baja en calorías.

El médico castrista Llamazares se enternece y nos pide compasión para el desganado. Mientras, en Cuba, Juan Carlos Herrera Acosta, un preso de conciencia, se cosió la boca el 26 de diciembre pasado en protesta por el acoso inhumano a que es sometido por sus carceleros. Cubanos residentes en España han querido hacerle llegar medicinas y comida, pero el moribundo chulo del gran prostíbulo caribeño no lo permite.

No hay que preocuparse por el del régimen del jamón de York; millones de personas se gastan fortunas para perder peso y tienen menos vigilancia médica.

Hay que tener en cuenta que los vampiros, según la tradición, se alimentan con la sangre de sus víctimas. Este monstruo, dijo que con el asesinato del matrimonio Jiménez Becerríl ya había comido para un mes.

Pues ahora con el asesinato de las dos víctimas de Barajas, tiene reservas para otro mes. Que no le den nada más de comer en treinta días.

Francisco Mateos Pérez

fmateos@recol.es