El Estatut catalán, la OPA de Gas Natural, incluso el diálogo social, son cuestiones que dividen a los medios informativos españoles en dos. Esas y otras muchas cuestiones provocan enfrentamientos aparentemente irreconciliables. Sin embargo, qué cosa más curiosa, cuando se trata del control de la información la mercancía más preciosa- por parte de Gobierno Zapatero, a través del reparto concesional de licencias de TV digital, nadie levanta la voz. La explicación es muy simple. Como diría un castizo, todos están pringaos.

Hispanidad informaba ayer de que el viernes se consumará el oligopolio informativo que rige España: Los grandes medios, los señores de la prensa, recibirán sus canales de TV en proporción exacta al daño que puedan hacer al Gobierno, según su poder, es decir, su audiencia. De este modo, se consigue que la TV, ese arma intelectualmente inane pero electoralmente letal, se comporte decentemente: es decir, que no critique al Gobierno, que es el que concede donosamente las licencias. Y ojo, Zapatero ha repartido canales de TV digital a Jesús Polanco, José Manuel Lara, Silvio Berlusconi, las familias Ybarra y Bergareche, Pedro José Ramírez, Jaime Castellanos, José Miguel Contreras (el Grupo Zeta y el Grupo Godó, que vendrán a continuación por la vía Contreras). En definitiva, a todos aquellos que pintan algo en el panorama mediático, más o menos amigos del Gobierno, han sido agraciados con canales de TV. El resto, que arree. ¡Ah! Y se han concedido 20 canales, y entre los de siempre, unas vez que los apellidos antes reseñados han hecho sus cuentas y han decidido que hay mercado para todos, que la cuenta de resultados les va a funcionar.

Hay que repetirlo, en la sociedad de la información, es decir, una sociedad abierta, ya no son los ejércitos quienes deciden quién manda. Tampoco es el dinero el que otorga el poder: el poder lo otorga la información, y la información se rige por el sistema concesional: el Gobierno otorga concesiones de explotación a cambio, no de la censura, sino de la autocensura. El siglo XXI no es el siglo de las conspiraciones, sino de los consensos, entre la izquierda y la derecha, el capitalismo y la socialdemocracia, el progresismo y el conservadurismo, etc. El único que sobra en ese esquema de oligopolio empresarial y duopolio ideológico es el Cristianismo, que no es ni de izquierda ni de derecha. Por ejemplo, sobra la COPE, y eso que el apellido cristiano a la COPE actual sólo entra con calzador.

Al final, lo que queda es un espejismo de pluralismo. Polanco es del PSOE y Lara del PP ¿Y qué? Simplemente, el primero cayó en zona republicana porque le convenía llevarse bien con Felipe González y el segundo cayó en zona nacional porque le convenía la amistad de José María Aznar. Se lo aseguro, no hay diferencias entre Polanco y Lara como no las hay entre Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez: no discrepan, compiten, sea por los beneficios o sea por la influencia.

Un detalle: Benedicto XVI ha vuelto a decir lo que tiene que decir: que la homosexualidad es una aberración y que la Iglesia recibe con los brazos abiertos y total afecto, a los homosexuales que quieren volver a la normalidad, también al sacerdocio. Naturalmente, ello ha servido para que los medios republicanos como El País lancen su denuedo contra la Iglesia, pero lo mismo ocurre en casa Planeta, donde sus máximos jerifaltes consideran que apoyar al Cristianismo es propio de meapilas. Y así, en la mañana del miércoles, veíamos en A-3 TV, presuntamente nacional, pasear a doña Ana Cañil, responsable de El Periódico en la capital de España, que nada más oír la doctrina de la Iglesia (nada nuevo bajo el sol) sobre la homosexualidad, recordó, visiblemente molesta, los casos de pederastia entre los sacerdotes. Cosa curiosa, porque, precisamente, los casos de pederastia clerical son, como se han encargado de recordar los obispos norteamericanos, producto de la permisividad homosexual en los seminarios yankis. Cito a Ana Cañil como representante de un medio, El Periódico de Cataluña, para quien un cristiano es, sencillamente, un ultraderechista. Por ejemplo, días atrás, sin cortarse un pelo, El Periódico del Grupo pornógrafo Zeta tildó a Hispanidad.com, de página ultraderechista simplemente por ser una página que nunca ha ocultado su ideario católico (y a mucha honra). Y todo esto, insisto, en el medio nacional: en A-3 TV. Lo dicho : un espejismo de pluralismo.

¿Y por qué el lamentable mejunje de Zapatero, el gran reparto de canales de TV a republicanos y nacionales, pero todos ellos sensatos -es decir, domesticados- grandes editores pasa tan desapercibido? Pues, naturalmente, porque el grupo de agraciados en la lotería monclovita es el que da voz al resto de la sociedad, y se encargarán mucho de que sus críticas sean fuego de artificio y maniobras trucadas.

Por cierto, se podían haber repartido 40 canales en lugar de 20. Y se podían haber repartido a constructores, financieros, rentistas, jóvenes empresarios, asociaciones, etc. Sólo que no se ha hecho. No olviden otra de las reglas de oro de la modernidad: para el poderoso, el oligopolio privado es mucho más eficaz que el monopolio público. Desde luego, mucho más liberticida.

Eulogio López