• El buque insignia de la banca germana anuncia una ampliación de capital, que convierte a Qatar en su primer accionista.
  • Los últimos resultados del banco no eran más que un lavado de cara ante las pruebas de solvencia europeas.
  • Hasta ahora, los bancos alemanes lavaban los trapos sucios en casa, a espaldas de Bruselas y del BCE.
  • Deutsche Bank es un banco dedicado a la misma especulación que nos ha sumido en una crisis económica permanente.
  • Y ojo a la banca francesa, que preocupa más todavía a Wall Street: atentos a Calyon y Credit Mutuel.

Lo de Deutsche Bank se veía venir. Los analistas ya lo habían avisado: los resultados de los dos últimos trimestres son un mero lavado de cara antes de que el sector bancario alemán sea sometido, por vez primera, a los test de estrés, a los que están acostumbrados, por ejemplo, los bancos españoles. Y, finalmente, se ha confirmado: el Deutsche Bank -que es, no lo olvidemos, la imagen de la banca alemana- ha anunciado que necesita hacer una ampliación de capital -o sea, pedir dinero a los mercados- por valor de 8.000 millones de euros, para mejorar sus ratios de capital y poder afrontar así esa pruebas de las autoridades europeas a la banca. La noticia, como es lógico, despertó las alertas en la bolsa, que miraba no sólo al banco alemán sino a toda la banca europea.

Hay otro dato, también llamativo: de la ampliación de capital, 1.750 millones serán aportados por Paramount Holdings Services, el instrumento de inversión de la familia real de Qatar, que pasará a convertirse, con un 6%, en el primer accionista de la entidad. Deutsche Bank llevará a cabo también la emisión de hasta 300 millones de nuevas acciones por un importe estimado de unos 6.300 millones de euros. En otras palabras, es su segunda mayor ampliación de capital después de la emprendida en 2010 por la compra de Deutsche Postbank.

Vamos por partes. La clave de este auxilio no es otro que las provisiones que ha tenido que afrontar y la caída de los ingresos en su división de banca de inversión. No hay que olvidar, que este banco, ferozmente especulativo, siempre ha necesitado ayudas del Gobierno o del sistema financiero alemán: fondos de pensiones, aseguradoras, etc. Los resultados del primer trimestre era la puesta negro sobre blanco de su situación: sus ingresos cayeron un 5%, hasta los 3.129 millones, y su beneficio, un 30%, hasta 1.700 millones.

Hispanidad ha contado con todo lujo de detalles la realidad financiera germana, que está marcada por los bancos regionales y por las cajas de ahorros que, a diferencia de las cajas españolas, se han dedicado a especular con deuda de países emergentes. Pero hasta ahora, los bancos alemanes estaban acostumbrados a lavar los trapos sucios en casa, a espaldas de Bruselas o del BCE, y cosa no trascendía. Y se ocultaba, también claro, la grave situación del Deutsche Bank, un banco dedicado a la especulación más vergonzosa, la misma que nos ha sumido en la crisis económica más profunda -permanente, como quien dice- de la historia. La especulación de los mercados manda más que economía real y así nos va. Todo se arregla con más capital, una perversión especulativa de primer nivel.

No preocupa menos en Wall Street la situación de los bancos franceses. Atentos a Calyon -fruto de la fusión entre Credit Agricole y Credit Lyonnais- y a Credit Mutuel, aunque toda la banca francesa está tocada, lo que preocupa sobre manera a los analistas.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com