• La cifra de presos de ETA libres suma desde entonces más de cincuenta.
  • Han marginado a Otegui, considerado por ellos un moderado.
  • Su intención no es volver a las armas, pero sí reanudar la kale borroka.
Como se recordará, la doctrina Parot fue anulada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo el 21 de octubre pasado.

La doctrina Parot es el nombre habitual con el que se conoce la jurisprudencia establecida a partir de la sentencia del Tribunal Supremo de España del 28 de febrero de 2006 (resolución a un recurso presentado por Henri Parot, miembro de la organización terrorista ETA) por la cual la ejecución de la totalidad de la condena comienza con las penas más graves y los beneficios se aplican individualmente para cada una de ellas, y no sobre el máximo legal de 30 años de permanencia en prisión. De este modo, una vez cumplida la pena más grave, se debe cumplir la siguiente, y así sucesivamente hasta el límite legal, lo que alarga la estancia en la cárcel.

A partir de su anulación por Estrasburgo comenzó la salida de etarras y otros criminales, asesinos y violadores. La cifra de presos de ETA libres suma desde entonces más de cincuenta.

En instancias de la seguridad del Estado existe preocupación tras la excarcelación de estos etarras. Muchos de ellos no están arrepentidos y tras salir de la cárcel han tomado las riendas del entorno abertzale, hasta ahora controlado por Arnaldo Otegui. Para estos radicales, Otegui les parece un moderado.

Su intención no sería volver a las armas, pero sí retornar a prácticas violentas como la kale borroka, siempre en pro de sus reivindicaciones históricas. De hecho, en el País Vasco ya se han producido rebrotes de estas prácticas violentas y delincuenciales. 

La anulación de la Parot fue una auténtica injusticia, cuyos efectos nocivos ya se están notando...

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com