• Lo que no mejora, y depende sólo del Gobierno, son las cuentas públicas.
  • Los gastos sólo han bajado un 0,6% mientras los ingresos han caído un 7,1%.
  • El déficit de caja primario ha aumentado un 14,3%.
  • La subida de impuestos no ha provocado más ingresos sino menos, porque la actividad económica se ha desplomado.
  • Aunque Soraya insista en que la reforma de la administración pública marcha bien, lo cierto es que el Estado se muestra incapaz de gastar menos y la deuda sigue creciendo.

 

Lo mejor de las noticias sobre el G20 son las obviedades que se publican como títulos o entradillas de las mismas en la prensa. Entre ayer y este mismo viernes he contemplado dos muy divertidas. Una afirma que los mandatarios reunidos van a declarar que la crisis no está superada. La otra son las felicitaciones de Barack Obama a Mariano Rajoy (en la imagen) por el desarrollo de la situación económica española y los ánimos del norteamericano a continuar por el mismo camino, que debe ser el correcto, porque lo contrario (animarle a continuar por el incorrecto) no puede sino tildarse de mala leche. Y de esa Obama, a diferencia de Bush, no gasta.

Bueno, pues la verdad es que hay indicadores, que no vamos a comentar, que muestran mejoría como el saldo exterior, la carga financiera de las familias, la reducción de la prima de riesgo, la fuerte reducción del ritmo de destrucción de empleo… pero lo que no mejora y, depende sólo del Gobierno, son las cuentas públicas.

El déficit de caja al cierre de junio de 2013 ha crecido un 13%, más de 4.300 millones de euros, respecto del mismo mes que el año anterior. Sin embargo, esto no es lo más relevante, sino la evolución del déficit de caja primario, que lo hace en un 14,3%, más de 3.000 millones de euros, y el pago de intereses de la deuda, que también aumenta un 10,9% o, lo que es lo mismo, en los 1.300 millones de euros que, unidos a los 3.000 anteriores, explican el crecimiento del déficit de caja antes apuntado.

¿Por qué nos interesa el déficit primario Pues porque es la diferencia entre los ingresos y gastos públicos antes del pago de intereses. Algo así como la diferencia entre los ingresos y gastos de una familia antes del pago de la hipoteca, por simplificar, y si esa diferencia es negativa está claro que mal vamos. Pero en lo que queremos incidir no es en que vamos mal, sino en que vamos peor. ¿Cómo es posible que después de tanto recorte, tanta reforma y tanta subida de impuestos, de las que presume el Gobierno, el déficit primario continúe subiendo

Los ingresos han caído (-7,1% o casi 3.500 millones de euros) pero es que los gastos, sin tener en cuenta los intereses, sólo lo han hecho en un 0,6%, apenas no llega a los 500 millones de euros y, mientras no consigamos un Estado sostenible, es decir, que al menos pueda hacer frente a sus gastos no financieros (y a los financieros también, pero eso lo dejamos para otro momento) será imposible que la deuda deje de subir y la carga por intereses tampoco, con independencia de las evoluciones de la prima de riesgo que, unas veces será más amable y otras menos, pero que tendrá una tendencia creciente en el largo plazo.

A pesar de que el aparato de propaganda política a veces nos hace dudar, las cuentas públicas al final no engañan y lo que más depende del Gobierno, sus finanzas, no deja de empeorar.

Rubén Manso Olivar
ruben@hispanidad.com