Si hay un tipo de empresa en España que a día de hoy poseen liquidez, y que, por tanto se muestran muy activas a la hora de comprar, y de compra cualquier cosa, esa son las constructoras, las estrellas financieras del momento, especialmente después de que Ferrovial comprara el operador de aeropuertos británicos BAA. Las entradas de ACS en Fenosa, su intento de hacerse con Cepsa, por el momento imposible, la diversificación de Acciona transporte marítimo o fabricación de carburantes- o la compra de Eiffage por SyV dan muestra de este océano de liquidez.

En el presente cuadro se ve el endeudamiento de las constructoras. Además, ese cuadro no distingue entre el endeudamiento soportado con contratos y el soportado por activos financieros (filiales). En este segundo caso, el peso de la deuda es mucho más gravoso, algo especialmente grave en ACS y FCC; y cada vez más en Ferrovial.

La tendencia a un mayor endeudamiento viene forzada por tres elementos: tipos bajos cada vez menos-, miedo a las opas hostiles y presencia al frente de constructoras de accionistas minoritarios. Las opas hostiles han propiciado que las empresas tiendan a vaciar la caja ya saben, para dar más valor al accionista-, con el objetivo inconfesable de que el atacante se rasque le bolsillo y, si gana, se encuentre con que tiene que genera fondos desde le primer día. En la misma dirección, una empresa endeudada se convierte en una empresa. Además, hay empresas dirigidas por accionistas no de control. Por tanto, los presidentes-accionistas minoritarios prefieren acudir al endeudamiento antes que a la ampliación de capital.