Curiosas palabras, un tanto eclécticas, las escritas por el embajador israelí en España, Raphael Schutz, que firma una nota con motivo de la celebración del sexagésimo segundo aniversario de la formación del Estado de Israel: Nuestros asuntos internos junto con las cuestiones que cada uno de nosotros, los israelíes, nos preguntamos cada día, son muy diferentes a los planteamientos conocidos en el mundo libre. Nuestra perspectiva es otra distinta. Es posible que el diplomático se esté refiriendo a las discrepancias, cada vez mayores, entre Israel y su aliado tradicional, los Estados Unidos, sobre la seguridad en la zona y en todo el orbe. Jerusalén hace tiempo que viene advirtiendo a Washington de que el tiempo para neutralizar la capacidad nuclear de Irán se acaba y que es preciso actuar, pero Barack Obama prefiere organizar cumbres nucleares. A más a más, los israelíes están convencidos de que Occidente se muestra débil ante Oriente, en especial ante el Islam, en una actitud un punto suicida.
En cualquier caso, a renglón seguido, este hijo de judíos alemanes emigrados a Israel, afirma: Junto a nuestra aspiración lógica y entendible de una vida tranquila y normal somos conscientes del hecho de que, a pesar de todos nuestros logros conseguidos, no hemos llegado a ese objetivo tan concreto y tan trivial.
Mariano Tomás
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