• En el país galo, a diferencia de España, sólo están aforados el presidente de la República, el primer ministro y sus ministros.
  • El portavoz del Gobierno francés, Stephane Le Foll, ha declarado que Sarkozy está "sometido a la Justicia, como todo el mundo".
  • El ex presidente Chirac fue declarado culpable por malversación y desvío de fondos públicos cuando ocupaba la alcaldía de París, y aunque fue condenado a dos años de cárcel, finalmente no fue.
  • Lo ocurrido en Francia da ingredientes al debate en España. Rajoy ha propuesto reducir el número de aforados, actualmente unos 10.000. 
En medio del debate generado ayer lunes en España sobre el aforamiento de cargos públicos, hoy nos despertamos con una noticia de Francia que de alguna manera toca el asunto: el expresidente francés Nicolás Sarkozy (en la imagen) ha acudido en la madrugada del martes a la sede de la brigada anticorrupción de la Policía judicial, donde permanece detenido para declarar en el marco de un caso de tráfico de influencias.

Los agentes, según indican los medios franceses, le han colocado en régimen de 'garde à vue', según el cual está bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas en caso de que sea necesario.

Preguntada por el caso, el portavoz del Gobierno francés, Stephane Le Foll ha declarado en iTele que Sarkozy está "sometido a la Justicia, como todo el mundo".

Hay que recordar que en diciembre de 2011, el expresidente francés Chirac fue declarado culpable por malversación y desvío de fondos públicos cuando ocupaba la alcaldía de París -al perder la inmunidad-, y aunque fue condenado a dos años de cárcel, finalmente no fue, lo que generó un debate en Francia. 

En Francia solo son aforados el presidente de la República, el primer ministro y sus ministros. 

Y, como decíamos, en España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, propuso ayer al Comité Ejecutivo del PP abrir, en la recta final de la legislatura, una agenda para "la mejora de la calidad democrática" de las instituciones. Rajoy propuso, por ejemplo, reflexionar sobre las posibilidades de reducir el número de aforados o sobre el tipo de aforamiento.

Según las últimas informaciones, en España hay unos 10.000 aforados, de los cuales unos 2.000 son políticos, una auténtica burrada. Aunque los aforados argumentan que a ellos solo les puede juzgar el Supremo y que por eso no tienen la posibilidad de recurrir a otras instancias judiciales, cosa que sí pueden hacer los no aforados.  

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com