Cuando el 5 de septiembre de 2005 Gas Natural lanzó su OPA sobre Endesa nadie pensaba en una contraopa extranjera. Tanto era así que Solbes se permitió decir ante ese eventual escenario que le importaba un rábano la nacionalidad de las empresas. Pero entonces E.ON lanzó su OPA y la postura del Gobierno fue de un rechazo abierto y total: ampliación de competencias de la CNE y amenaza con suspender los derechos políticos.

La virulenta reacción española provocó la reacción de la OCDE, FMI y Comisión Europea. Argumentaron que se quebraba la seguridad jurídica y se ponían frenos a la libre circulación de capitales en una operación intracomunitaria. Así que el Gobierno empezó a recular y pensó en una fórmula mixta: aceptamos la OPA alemana, pero sin insularidad y sin centrales nucleares. Es decir, permitimos que E.ON se haga con Endesa, pero no con toda Endesa. De esta forma, salvamos los muebles y permitimos que Gas Natural, Iberdrola y Unión Fenosa accedan a los restos.

Sin embargo, la posición del Gobierno en las últimas dos semanas parece haber cambiado. La tesis del halcón Montilla de ha impuest veto a la OPA de E.ON. Y así, en la mañana de este jueves el vicepresidente económico, Pedro Solbes, sostiene que la legislación horizontal de la UE en materia de opas y libre circulación de capitales se aplica en todos los sectores menos en el energético.

En este último argumenta Solbes- lo que se produce es una asimetría donde los gobiernos controlan las compañías o incluso participan en ellas. De hecho, sólo España y Gran Bretaña se encuentran fuera de los accionariados de las compañías energéticas. Así que los gobiernos continúa Solbes- deben buscar soluciones para garantizar la equidad en el trato y la seguridad en el suministro.

De esta manera respondía a las críticas del FMI sobre la ampliación de competencias de la CNE. Órdago a la grande al FMI de Rato. Porque lo que no entiende Solbes es que se monte la marimorena con el caso español mientras que la vecina Francia se vaya de rositas tras el acuerdo de fusión de Gaz de France y Suez. Aquello se vendió como la manera de garantizar los intereses nacionales franceses. Mucho más duro que la elegante defensa del suministro a la que apela nuestro ministro de Economía.

Conclusión: El Gobierno defenderá con uñas y dientes el veto a la OPA de E.ON. Lo malo es que el informe negativo del FMI repercutirá sobre nuestro rating financiero y que la Comisión Europea tampoco se quedará callada. Actualmente existen tres comisarías que tienen a España enfilada. Y mucho nos tememos que el órdago de Montilla-Solbes se acabe traduciendo en expediente sancionador. Al tiempo.