Una ministra portavoz debe estar preparada para responder sobre cualquier cosa. Y los asesores deben preparar respuestas para cualquier eventualidad. Y ahí estaba De la Vega con su chuleta sobre la inflación del 3,4% interanual conocida en la mañana del viernes. Según el Gobierno, la buena noticia es que la subyacente se desacelera. O sea, no lo dice De la Vega, pero está implícito, la culpa de la elevada inflación española es el elevado precio del petróleo. No se explica sin embargo, por qué el diferencial de inflación respecto a la UE siempre nos resulta desfavorable. Y crecientemente desfavorable. Porque el petróleo, obviamente, nos afecta a todos por igual.

Pero el notición es que la inflación de servicios baja del 4 al 3,5%, un dato histórico que no se veía desde septiembre de 2003 y que según De la Vega apunta a que los próximos datos de inflación que conozcamos serán más positivos. Por supuesto, la vicepresidenta no se ha atrevido a augurar nada sobre el dato de inflación a final de año. Divertidísimo eso de tener que hablar sobre lo que no se sabe. Es lo que tiene el cargo de portavoz.