Los problemas de inflación y déficit obedecen a factores cíclicos coyunturales no vinculadas a la pérdida de la competitividad de la economía española. Así de claro lo tiene el secretario de Estado de Economía, David Vegara, que por tanto, tampoco se plantea afrontar grandes reformas. En su opinión, en ambos casos se trata de problemas derivados de la fortaleza de la demanda interna. Hemos visto muchos Planes de Choque contra la inflación y después hemos visto cómo se colocaba en el 4,2%, señala demostrando su nula voluntad de combatir la inflación.

Además, niega la existencia de los efectos de segunda vuelta a pesar de que los costes laborales unitarios y los salarios hayan crecido por encima de la inflación real.

Por lo mismo, el déficit por cuenta corriente se explica en su opinión- por el alza del crudo, y por lo tanto, tampoco cabe preocuparse. Además, reconoce que a productividad apenas ha crecido un 0,5%, pero explica la lenta recuperación en la mejora del empleo. O sea, que tampoco hay problema. Como tampoco lo hay en el endeudamiento familiar, ya que el ahorro familiar dirigido al ladrillo supone actualmente el 500% del PIB.

Pero por si los hubiera, Vegara plantea algunas reformas para garantizar el futuro como la apuesta por el capital físico, humano y tecnológico y las mejoras en las eficiencias de nuestros mercados. En este sentido, considera que los PGE de 2005 y 2006 han apuntado en esa línea y también lo hará el del 2008, adelantando un año el objetivo de la legislatura en cuanto a I D i. Eso sí, el plan de reformas y de productividad no dará resultados en el corto plazo. Toca esperar y confiar.

En resumen: mucha autocomplacencia que esconde los graves problemas de la economía española: inflación, déficit y competitividad.