Zapatero arremete contra un liberalismo de brocha gorda que encasqueta al PP

Presentará su propuesta a los agentes sociales el 22 de enero y espera que sean capaces de llegar a un acuerdo en el primer trimestre del año. Si puede ser febrero, mejor que marzo. Hay prisa. Zapatero no quiere anticipar el debate sobre el Estatut, pero sí sobre los contenidos de esta reforma: no se incluirá la rebaja general de las cotizaciones a la Seguridad Social un tema que quedó aparcado en julio. Todo un gesto de fuerza frente a una CEOE que pasa por uno de sus peores momentos.

Más líneas rojas: las reformas en los modelos de contratación al menos tal y como fue planteado por la CEOE. ¿Qué tenemos en el menú? Lo sabido: negociación colectiva, favorecer la contratación de jóvenes y abordar la dualidad y la precariedad.

Sobre el debate de Ferrán al frente de la CEOE, Zapatero ha preferido no entrar. Tampoco a si se siente decepcionado como el ministro de Fomento. Sí apunta en cambio que las dificultades de sus empresas preocupan al gobierno que trata de ayudar como con cualquier otra empresa. Todo un intento de salvar la cara a un Ferrán que le viene fenomenal para emprender un diálogo social sin un presidente de la CEOE fuerte.

Por otra parte, Zapatero apela al diálogo y al consenso con el PP, pero también señala que existen diferencias ideológicas. Ellos no habrían incrementado la protección social; de hecho la rebajaron en la crisis del 2002. Porque ellos creen que el mercado sin reglas, sin regulación, sin supervisión lo soluciona todo. Y además, ellos no creen en el papel de la inversión pública. Arremetida contra un liberalismo de sal gorda que desde luego no representa las posiciones ideológicas del PP.

Por último, Zapatero anuncia que el próximo 29 de enero remitirá a la mesa del pacto de Toledo una reforma del sistema de pensiones. ¿Ampliación del período de cálculo? No vamos a anticipar debates, fue toda su respuesta.