La redacción controlará el 34% el capital. Ningún accionista podrá tener más de un 7,5%. El 14 de febrero próximo Madrid será la única capital europea que contará con cuatro periódicos de información general y cuatro económicos, más tres gratuitos que en marzo pueden ser cinco

Caso único en Europa. La geografía periodística de Madrid es irrepetible: sólo cuatro periódicos de pago de información general (El País, El Mundo, ABC y La Razón) y nada menos que 4 económicos (Expansión, La Gaceta, Cinco Días y El Economista), con la aviesa compañía de tres títulos gratuitos (20 Minutos, Qué! y Metro) a los que se les pueden unir otros dos: el que prepara Joaquín Vila, antiguo director de Ahora, y el mega-periódico gratuito de Planeta, de título ADN, vaya usted a saber por qué. Al tiempo, 20 Minutos sigue amenazando con un quinto título gratuito, económico, pero eso mejor dejarlo, más que nada para no enloquecer.

Centrándonos en El Economista. Lo primero, el dinero : si el objetivo era contar con 15 millones de euros de capital social, Hispanidad ha podido saber que ya cuenta con 16. Su promotor es Alfonso de Salas, que ya ha abandonado El Mundo, y lo más singular puede ser la estructura accionarial: ningún accionista puede tener más del 7,5% del capital. Además, la redacción (cerca de 50 personas entre redactores y diseñadores) poseerá el 22% (sólo pagan los derechos de suscripción, el resto corre a cargo del estupendo mecanismo de la venta de derechos y las ampliaciones de capital con prima), al tiempo que sindicará otro 12% propiedad del diario italiano Corriere de la Sera. Y así durante siete años. En resumen, el 34% del medio italiano y de los periodistas controlará el periódico.

Entre los accionistas de pago, por decirlo así, figuran fortunas medias como el constructor gallego Jacinto Rey (Constructora San José), con un 7,5%; Alfonso de Salas y su abogado amigo Gregorio Peña, con otro 7,5%; la empresa cárnica El Pozo (5%), el constructor Carlos Cutillas, con otro 5%, el grupo andaluz de centros comerciales Sánchez Ramade (5%) y un grupo de publicistas, profesionales, etc.

Una originalidad: El Economista ya está realizando números cero que enseña a las empresas, instituciones y sectores económicos de forma casi sistemática: es una forma de enseñar el producto a las instituciones y empresas de las que se habla en esos números, para que puedan contemplar el tratamiento que se da al actualidad.

En definitiva, aunque los periodistas no ponen ni el 5% del valor real de su inversión serán quienes controlen un periódico que dirigirá un periodista económico muy experimentado : Alfonso de Salas. Eso sí, el control de esas acciones será paulatin necesitarán siete años de permanencia. Si se van antes, lo pierden todo.

En tiempos de ideología light, el diario presenta el siguiente ideario : defensa de libre mercado, respecto a la legalidad y juego limpio empresarial y apoyo al empresario emprendedor. La empresa editora no se considera ni de izquierda ni de derecha, pero afirma que mantendrá una especial sensibilidad hacia los derechos de la mujer y de los profesionales y autónomos.

Cerca de 50 personas en redacción, formato tabloide, media de 36 páginas, mucha infografía y mucho dibujo, Se renuncia al salmón y no saldrá de martes a sábado, sino de lunes a sábado. 36 páginas parecen pocas comparadas con la competencia, pero hay que aclarar algo muy importante: El Economista, en contra de lo que hacen sus colegas renuncia desde el comienzo a publicar las cotizaciones de fondos de inversión, deuda, derivados, materias primas, divisas, etc. Le basta con la información sobre índices y renta variable: el resto, a la página web.

El Economista combinará periodismo de investigación con un lenguaje inteligible. Piensa que hay hueco para un cuarto diario, entre otras cosas por eso : porque Alfonso de Salas considera que el periodismo económico actual no lo entiende ni quien lo escribe.

En cualquier caso, la cita es el 14 de febrero. A nadie se le oculta que la prensa gratuita ha hecho perder lectores a la de pago -en Madrid, tierra de promisión de los gratuitos, un 12%- que ha obligado a estos a convertirse en una especie de supermercado que vende de todo : discos, libros, enciclopedias, colecciones de todo tipo, etc.