El presidente de SEAT se niega a aprender español (o catalán), y sus pasos son los propios de quien se dispone a abandonar la compañía

Las presuntas cifras de inversión de los VW en Alemania, pregonadas por los sindicatos, no se sostienen. Eso sí, la Generalitat catalana colabora con los empresarios privados dispuestos a comprar SEAT si Ferdinand Piëch la pone en venta   Prosigue el plan de la multinacional alemana Volkswagen para desmantelar su filial española SEAT. Días atrás, en un ejercicio de gran frivolidad. El presidente del Comité de Empresa, Matías Carnero, declara a Europa Press que VW había aprobado 4.000 millones de euros en inversiones en SEAT hasta 2010. En la central alemana, al igual que en Barcelona, ni se confirma ni se desmiente esa información.

Pues bien, lo cierto es que lo único que ha aprobado el todopoderoso Ferdinand Piëch es que Volkswagen invertirá, en todo el mundo mundial, y por todos los aspectos, 28.900 millones de euros. De esta cifra, para inversiones en productos y activos "sólo" se dedicarán 20.900. Más de la mitad, según declaraciones de Volkswagen, se realizarán en Alemania (la sede del Imperio). Además Volkswagen declara que va a construir nuevas plantas en Rusia e India. ¿Alguien se puede creer que SEAT se "merezca" 4.000 millones?

Siendo extremadamente optimistas, SEAT facturará alrededor de 6.000 millones de euros por año. Si se sigue el ratio de inversiones anunciado por Volkswagen -6%- SEAT se "merece" unos 360 millones por año. En un trienio poco más de 1.000 M. Si Volkswagen apuesta por SEAT (que no lo hará), máximo de los máximos: 1.200 M.

En cualquier caso, este ejercicio, interesante, casi divertido no sirve de nada. Antes de marzo de 2008 Porsche se hará con el control de, Grupo Volkswagen y todos los planes de inversión quedarán en nada. Audi se fusionará con Porsche y SEAT se pondrá en venta, o se cerrará.

Por su parte, el actual presidente, Erich Schmitt, se dedica a insular a España. Ahora, según él, la escasa calidad de los proveedores españoles es la responsable de que no se cumplan los objetivos. La verdad es que Schmitt se comporta como quien sólo piensa en la jubilación. Se niega a aprender español y catalán al tiempo que se opone a cualquier proyecto revitalizador. Por ejemplo, con motivo de los 50 años de SEAT, y tras el éxito del nuevo "Mini" (BMW), se le propuso fabricar un 600 ‘actualizado': no hubo forma. Asimismo los directivos españoles le han pedido que alargue el plazo de garantía de los automóviles, más de dos años. Es como si estuviera empeñado en que SEAT no triunfe.

Eso sí, la esperanza radia en que la Generalitat catalana es muy consciente de todo lo que ocurre y prepara un plan alternativo para el caso de que Piëch decida vender, o cerrar SEAT. Ese plan consiste en que sea un grupo de inversores españoles los que se hagan con la factoría de Martorell.

Pero hay que reconocer que el señor Schmitt trabaja. Por ejemplo, ha metido muchas horas intentando descubrir quién es el "topo" de Hispanidad.com en la dirección de SEAT.