La verán anunciada como la película que  clausura, de forma oficial, el movimiento Dogma95. Para aquellos que no les resulte familiar el término hay que aclararles que bajo esa denominación se encuentra una corriente cinematográfica, que pusieron en marcha directores nórdicos en el año 1995,  que reivindicaba una forma de hacer cine más natural, más frescaEn la parcela técnica eso se traducía en rodar con cámara en mano, sin iluminación artificial, con grabaciones de sonido directo etc.

 

Quiero que se queden con estos comentarios porque el director Juan Pinzás con El Desenlace, que cierra su trilogía de la vida, amor y sexo, supongo que pretendía realizar una película creíble. Nada más lejos de la realidad. El Desenlace, que gira alrededor de una serie de personajes que van a rodar juntos una película (cine dentro del cine), resulta falsa desde la primera imagen. Los personajes son huecos, su pasado parece propio del mundo de las telenovelas (lleno de morbosidad) y ello se traduce en que todos los diálogos que mantienen son muy forzados sin ningún atisbo de naturalidad. Si, en origen, lo que pretendía  el movimiento Dogma era hacer películas pegadas a la realidad, El Desencanto no puede entrar en la categoría.

 

José Sancho, en el papel de un violento machista, y Beatriz Rico, como una mujer marcada por una infancia desgraciada, hacen lo que pueden con unos personajes que no se los creen ni ellos mismos.