La lentitud en el proceso y las dudas del Banco de España, convierten la bancarización de las cajas de ahorros en problema de primera magnitud... que le queda al Partido Popular

 

Además, los bancos potencialmente compradores están ahora más pendientes de recapitalizarse que de comprar compañías. Y se han vuelto exigentes: ya no se conforman con un esquema de protección de activos: ahora exigen un banco tóxico. Solo Ibercaja y el Sabadell, tras perder la apuesta por el Pastor, muestran cierto interés.

El desastre de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) está complicando la ya de por sí desastrosa reforma financiera del Gobierno Zapatero y del Banco de España, que no es una 'reforma', sino la conversión acelerada y caótica de las cajas de ahorros en bancos. La subasta de la caja mediterránea debería quedar atada el 24 de noviembre y a principios de diciembre debería proclamarse el nombre de su nuevo propietario.

A finales del verano parecía que Santander se llevaría el gato al agua a través de Banesto, pero a Emilio Botín no le salían las cuentas, ni siquiera con el Esquema de Protección, ya que la adquisición supone un cambio de perímetro y, por tanto, más capital para estar a la altura.

Así que el Banco de España abrió la mano y otros mostraron interés, mientras el propio Santander se lo pensaba con pocas ganas: BBVA, Caixa, JC Flowers, Barclays, Ibercaja y Sabadell enviaron a su gente para analizar la situación de la CAM. De estos siete, los dos últimos son los más interesados. Es notorio que Sabadell necesita realizar una operación que le ponga a la altura del Popular tras la fusión de este con el Pastor. Los principales accionistas de Sabadell exigen una operación, pero Oliú sabe que unirse al Popular significaría su jubilación.

Aunque se habla poco de Ibercaja, sí está muy interesada en la CAM, especialmente en sus oficinas. Tras su conversión en banco, la entidad necesita ser un jugador activo en la segunda oleada de fusiones y, por lo que respecta a la CAM, Ibercaja es vista en el sector como el que más posibilidades tiene. Ahora bien, no se descarta que un tapado haga su aparición en el último minuto. En última instancia, habría que dejar a la CAM caer, pero los expertos consultados consideran remota esta posibilidad.

Dentro de la CAM, la unidad de gestión de activos prepara el terreno para la subasta. Tal y como exige el Banco de España, se trata de identificar los activos problemáticos y las participaciones por si fuera necesaria la venta de estas últimas. Como se pueden imaginar, dentro de la CAM hay préstamos con y sin garantía hipotecaria y el catálogo de constructoras va desde Metrovacesa hasta Martinsa, pasando por Reyal, Nozar o Fadesa.

Por el lado de las entidades candidatas a hacerse con la CAM, el EPA no es suficiente. Como asegura Expansión, ahora los bancos encargados de sanear el sistema exigen un banco tóxico para no tener nada que sanear. Y naturalmente, el Gobierno tira con pólvora del Rey, porque sabe que el problema se lo está cediendo al Partido Popular, que se supone gobernará en breve.

Rodrigo Martín

rodrigo@hispanidad.com