Arun Sarin, CEO de la primera operadora mundial de telefonía, Vodafone, cobró durante el pasado año 3,2 millones de libras esterlinas, lo que equivale a 5,1 millones de euros, (el ejercicio fiscal 2004 de Vodafone se rige por el sistema inglés, es decir, que finaliza el 31 de marzo del año en curso), mientras que el presidente del BBVA, Francisco González, cobró 3,6 millones de euros (1,5 millones de salario fijo y 2,1 millones de variable).

Ahora bien, mientras el fondo de pensiones de FG se eleva, a 31 de diciembre de 2004, a 33,1 millones de euros, el de Arun Sarin se queda en 330.000 libras (462.000 euros). Mucho nos tememos que la jubilación del señor Sarin no va a ser tan placentera ni holgada como la del señor González. Porque es que, además, el código de buen gobierno del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) le asegura a FG que cobrará dicha cantidad independientemente del motivo de su marcha.

Pero es que hay más. En caso de que su cese no sea debido a su propia voluntad  jubilación, invalidez o incumplimiento grave de sus funciones, el banco pagará una indemnización consistente en la calidad que resulte de multiplicar por cinco veces la cifra de retribución bruta que hubiera percibido en el último año anterior a la pérdida de su cargo.

En definitiva, si el señor FG fuera expulsado de la Presidencia del banco, se llevaría la bonita cantidad de 18 millones de euros, además de la precitada y gozosa pensión de 33,1 millones de euros. Es lo que se denominada práctica de buen gobierno corporativo. Y todavía hay quien afirma que el bueno de FG se ha reducido el sueldo a fin de año. Desde que en el periodismo económico español se puso de moda la crítica constructiva, cualquier cosa resulta explicable. Este chico no llega a fin de mes.