El presidente de ACS se ha situado enfrente de La Moncloa por sus bromas sobre Sebastián. Ni Galán ni la BBK aceptan que el presidente de ACS decida el futuro de Iberdrola. Todavía no ha conseguido el 10% de Iberdrola. Pérez considera que siempre puede irse a una fusión entre Iberdrola y Gas Natural, toda vez que consiga Autostrade para La Caixa

Florentino está sobrao. Tan sobrao que, durante una reunión con los redactores de cierto periódico económico, se permitió el lujo de bromear sobre el secretario de Estado Miguel Sebastián, asesor económico del Presidente Zapatero. Vino a afirmar que si no sale la fusión entre Iberdrola y Fenosa, le dejarían la reconversión energética a Miguel Sebastián, que tan bien lo hizo en los casos Sacyr-BBVA y GN-Endesa. Con ello el ex presidente del Real Madrid consiguió no ser invitado a la reunión de empresarios españoles con Tony Blair y con ello dilapidó todo el capital económico conseguido cuando, en vísperas de vacaciones agosteñas, se personó en Moncloa para obtener el visto bueno gubernamental a una fusión Iberdrola-Fenosa.

Y como las desgracias nunca vienen solas, resulta que la BBK, primer accionista de Iberdrola, hace frente común con el presidente Ignacio Galán para decirle a don Florentino que todavía no controla ni la décima parte de la compañía y que la fusión puede ir para largo. Y es en este caldo de cultivo donde pergeña la gran idea. Un pacto a la italiana, que es lo que se suele hacer con los italianos. Florentino estaría dispuesto a cederle Fenosa a la eléctrica estatal ENEL a cambio de que el gobierno Prodi diera el visto bueno a la absorción de Autostrade por Abertis. Sería la carambola genial, porque La Caixa, su socio en Abertis, le quedaría enormemente agradecido y muy presta a sustituir a Fenosa por Gas Natural en el matrimonio con Iberdrola.

Esta es la jugada, y todo lo demás no son más que globos sonda lanzados por Florentino Pérez para desviar la atención. Entre ellos, la presunta fusión de ACS con Sacyr. Quede bien claro que Pérez cuenta con el apoyo de los March, los que mandan de verdad en ACS, y de La Caixa. Ambos aliados son muy importantes porque pueden ganarle la voluntad del Ejecutivo, pero también es verdad que se está ganando muchos enemigos. Si hemos de hacerle caso, Sebastián estaría en baja y Solbes en alza y la reconversión energética se salvaría, a pesar de la cesión de Fenosa a los italianos, con una boda entre GN-Caixa, Iberdrola y, puestos a soñar, Repsol YPF. Pero Florentino está despreciando otros factores, además de al propio Miguel Sebastián. Por ejemplo, las exigencias del nacionalismo vasco a La Moncloa. Al peneuvista Xabier de Irala, presidente de la BBK, no le hace la menor gracia que Iberdrola abandone el ámbito de control vasco.