El obispo Arnold añade: "Tenemos que reformar los mercados financieros para que puedan servir al bienestar humano y a la sociedad"

 

La agencia Zenit informa hoy de que el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, apoya la implantación de una tasa a las transacciones financieras y ha pedido al sector financiero que cree riqueza para la sociedad en su conjunto durante la Junta anual de directores de la reunión de la alianza internacional de agencias católicas de desarrollo CIDSE: "Una forma de hacer retornar a la economía y las finanzas dentro de los límites de su verdadera vocación, incluida su función social, sería a través de medidas fiscales sobre las transacciones financieras. Éstas se deben aplicar con precios justos, moduladas en proporción a la complejidad de las operaciones, especialmente las realizadas en el mercado 'secundario'".

Turkson realiza estas declaraciones en vísperas de la cumbre especial de la Unión Europea (UE) sobre la crisis de la eurozona, que se realizará el próximo 30 de enero: este tipo de tasa "sería muy útil para promover el desarrollo global y la sostenibilidad, según los principios de justicia social y solidaridad. También podría contribuir a la creación de un fondo de reserva mundial para apoyar las economías de los países afectados por la crisis, así como en la recuperación de sus sistemas monetarios y financieros", añadió el cardenal.

Por su parte, monseñor John Arnold, obispo auxiliar de Westminster, presente en la reunión de CIDSE, también apoyó el impuesto, instando a los gobiernos escépticos como el Reino Unido a apoyar una tasa de este tipo, como parte de una vida económica que coloque a la dignidad humana en el centro: "Los seres humanos son a la vez el origen y el fin de toda actividad económica, tenemos que reformar los mercados financieros para que puedan servir al bienestar humano y a la sociedad".
 
Como hemos explicado otras veces, todo lo que sea ponerle freno a la especulación financiera es saludable. Porque la especulación financiera está alejada de la economía real, se ha servido del dinero de los demás para favorecer solo a unos pocos, los ricos, y además, cuando han perdido dinero, han pedido -y lo han conseguido- ser rescatados con el dinero de todos. Y es una de las principales causas de la brutal crisis económica que padecemos, cuyos principales perjudicados son los pobres.

Porque como dice Arnold, la economía ha de estar al servicio de la dignidad humana, no al revés.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com