El cabreo del Gobierno español con la multinacional alemana Siemens va en aumento. No sólo porque la sombra de la corrupción felipista, y la lentitud de la justicia, todo hay que decirlo, proporciona ahora la foto de ex altos cargos de la  compañía (entre ellos, su ex presidente en España), junto a ex ministros y ex altos cargos socialistas declarando ante el juez por el caso AVE, sino porque Siemens, la multinacional más mimada en España, incumple, una y otra vez, sus contratos. 

Magdalena Álvarez, ministra de Fomento, acaba de ampliar la sanción por no entregar los trenes de alta velocidad a tiempo hasta los 21 millones de euros. Y lo más gracioso es que la culpa del retraso en la alta velocidad no la tiene Siemens España, sino Siemens Alemania. Al parecer, el rigor alemán es cosa del pasado. Eso sí, Eduardo Montés, presidente de Siemens en España, dio su palabra, así que a lo peor lo sufre en su bonus anual.

Pero no son sólo los trenes. El despliegue de las redes de telefonía móvil en España también corre a cargo de Siemens, y también se lleva la parte del león en la fabricación de las centrales de ciclo combinado. En este sector no hay que olvidar que Siemens adquirió la división de fabricación de turbinas de la francesa Alstom, principal adjudicataria de España y, por cierto, la que fabrica las centrales que más problemas han dado.