El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener los actuales tipos de interés en el 3% tras haberlos subido un cuarto de punto a principios de este mes, colocándolos en el nivel más alto desde noviembre de 2002. Y eso a pesar de que en la mañana de este jueves se conocía que la inflación en la eurozona había bajado una décima en el mes de agosto hasta colocarse en el 2,3%.

No obstante, no es más que una tregua, porque el BCE siempre practica seguidismo de la Reserva Federal con uno o dos años de retraso. Y la decisión de la Fed norteamericana ha sido clara: subida de tipos a la misma velocidad que la que bajaron. No habrá más que esperar hasta antes de las uvas para ver como el BCE decide elevar el precio del dinero. Por mucho que los alemanes presionan para mantener tipos bajos que dinamicen su economía.