Desde que el 14-M llegara al poder el PSOE, el presidente del BBVA, Francisco González (FG), no ha hecho otra cosa que tratar de congraciarse con el nuevo poder. En un principio, participó del besamanos protagonizado por todos los empresarios del antiguo régimen, la biutiblu amamantada a los pechos de Rodrigo Rato.

El besamanos fue insuficiente. El gobierno busca recambios para poder ejercer de verdad su política económica. Por eso solicitaron presidentes honestos y profesionales, y quien quiera entender, que entienda. El acoso se cobró la pieza de Alfonso Cortina en Repsol. FG era el siguiente, pero aguantó el embiste. Inició su huida hacia adelante con la operación del BNL, pero también aquí ha pinchado en hueso. Por eso septiembre será apasionante. FG necesita algún as debajo de la manga. Y de momento, no aparece.

Lo que continúa es el peloteo. El servicio de estudios del BBVA dirigido por José Luis Escrivá, apunta a que el crecimiento económico español estará en línea con las previsiones del gobierno. ¿Alguien da más? A saber: el banco vasco estima en 3,4% el crecimiento para este ejercicio y en 3,2% para el 2006. No contentos con estar en línea, Escrivá va más lejos y señala que el endeudamiento familiar no resulta dramático ni preocupante. Es decir, un aguijón en toda regla al informe del Banco de España. Y es que ya se sabe que Caruana es sospechoso de independiente.

Lo divertido es que estos augurios cercanos al sol que más calienta se producen al mismo tiempo que el FMI rebaja en tres décimas las previsiones para la UE: 1,3% para el 2005 y 2,3% para el 2006 son los pronósticos del organismo presidido por Rodrigo Rato. Por su parte, la Comisión Europea estima que el crecimiento en la eurozona será del 1,6% y 2% en el 2005 y 2006 respectivamente.