El proyecto nuclear Irán ha polarizado al mundo. En Moscú, están reunidos los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas más Alemania, nueva potencia mundial con Angela Merkel. Todo por el conflicto creado por el régimen de Teherán que pretende enriquecer uranio y, se supone, fabricar luego bombas atómicas. Putin exige a toda las potencias mundiales que adopten una postura clara ante el desafío fundamentalista.

Mientras, el mundo contiene la respiración esperando la respuesta de Israel al asesinato de 10 personas en un atentado en Tel Aviv que el Gobierno palestino de Hamas ha aplaudido.

Y Tony Blair, desde Londres, advierte a Washington que si pretende invadir Irán tendrá que hacerlo sin la ayuda de sus tropas. Todos estos datos llevan a la conclusión de que Occidente dejaría en manos de Israel un bombardeo de las instalaciones atómicas iraníes. Lo malo es que Teherán apuesta por destruir el Estado judío y que los propios hebreos, los mejores conocedores de la zona, advierten que no es tan sencillo terminar con la capacidad nuclear iraní.

Al final, el barril de petróleo Brent ha vuelo batir un récord, en la mañana del martes, al supera los 72 dólares