- El subgobernador Fernando Restoy exige bancos grandes, también en crédito rural y cooperativo.
- El titular de Agricultura responde que, si funcionan -y funcionan- hay que dejarlas como están.
- Ahora Restoy utiliza la crisis de una entidad diminuta -La Caja Rural de Mota del Cuervo- para volver a la carga.
- El Banco de España se la ha adjudicado a Globalcaja, dada su 'inviabilidad'.
Al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete (en la imagen), se le atribuye sentido común por su condición de ministro del sector económico pero, al mismo tiempo, ministro no financiero. Sin embargo, su otra condición de abogado del Estado le hace acreedor de cualquier sospecha.
Pero frente al financiero, subgobernador del Banco de España y presidente del FROB, Fernando Restoy, y frente a su pretensión de fusionar las cajas rurales, Cañete se planta. "Si funciona no lo cambies", viene a recordar el ministro agropecuario.
Pero el Banco de España insiste. Para Restoy, el hombre clave de la institución, ante la inacción del gobernador Luis María Linde, un banco grande puede resistir los malos tiempos, uno pequeño no. El crédito agrario, cooperativo, es pequeño por naturaleza. Pero Restoy quiere, si no la unificación de todas las cajas rurales en un solo grupo, al menos que determinadas entidades, como Cajamar, las grandes del sector prosigan con su proceso de absorciones aceleradas, proyecto paralizado porque los resultados no han sido especialmente positivos... por ejemplo, para Cajamar.
Pero Restoy es "don erre que erre". Por eso, se ha propuesto a ayudar (ya saben cuál es la frase más peligrosa en política, tiene ocho palabras: "soy del Gobierno y he venido para ayudar") a la Caja Rural de Mota del Cuervo. Según el Banco de España la inviabilidad de esta pequeña entidad le ha forzado a venderla a Globalcaja, producto de la fusión de tres cajas rurales manchegas y que también ha dado problemas, sobre todo por la lucha de poder con la Rural de Toledo.
Un caso pequeño, sí, pero sintomático de la gran batalla.
Miriam Prat
