Era el plan de Solbes, paralizado durante 2 años. El regulador se quedará en mero defensor del inversor. Se pretende que la absorción llegue antes de la constitución del ESMA, el regulador bursátil paneuropeo, donde resulta clave la figura de Nadia Calviño
Fue un anuncio de Pedro Solbes, entonces vicepresidente económico, realizado hace ya más de dos años, que luego se quedó en nada. El Banco de España absorbería a la CNMV, aunque el regulador bursátil seguiría existiendo reducido a una especie defensor del inversor, cediendo su mayor cuota de poder político, la regulación y supervisión de emisiones e intermediarios bursátiles, al supervisor bancario.
Se pretendía con esto dotar de más poder al mejor servicio de inspectores financieros del país, y sobre todo, a un organismo como el ubicado en caserón de la madrileña Plaza de Cibeles cuya actuación está más desvinculada de la norma. En otras palabras, que opera con más arbitrariedad que la CNMV. Como dicen en el propio supervisor, el Banco de España es un organismo al margen del Estado de Derecho.
¿Por qué entran las prisas ahora? Pues muy sencillo. Dada la volatilidad de los mercados financieros, se trata de que la fusión se lleve a cabo antes de la constitución de ESMA, el regulador bursátil paneuropeo, por cuya sede central se pelean París, Fráncfort y Londres, aunque los franceses son los favoritos.
Se trata de la futura European Securities and Markets Authority (ESMA) cuya constitución ha sido encomendada a la española Nadia Calviño. Antes, la hija del ex director general de RTVE con Felipe González, el famoso José María Calviño, era directora geral de la Competencia de la Comisión europea, hasta que tuvo que abandonar dicho puesto cuando Joaquín Almunia ascendió a comisario del ramo. No puede haber dos compatriotas como primero y segundo de un mismo departamento, por lo que a Calviño se le encargó la creación de la poderosa ESMA, cuya presidencia todos anhelan.
Pues bien, antes de que eso llegue, Elena Salgado, vicepresidenta económica, pretende que el Banco de España controle los mercados.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
Fue un anuncio de Pedro Solbes, entonces vicepresidente económico, realizado hace ya más de dos años, que luego se quedó en nada. El Banco de España absorbería a la CNMV, aunque el regulador bursátil seguiría existiendo reducido a una especie defensor del inversor, cediendo su mayor cuota de poder político, la regulación y supervisión de emisiones e intermediarios bursátiles, al supervisor bancario.
Se pretendía con esto dotar de más poder al mejor servicio de inspectores financieros del país, y sobre todo, a un organismo como el ubicado en caserón de la madrileña Plaza de Cibeles cuya actuación está más desvinculada de la norma. En otras palabras, que opera con más arbitrariedad que la CNMV. Como dicen en el propio supervisor, el Banco de España es un organismo al margen del Estado de Derecho.
¿Por qué entran las prisas ahora? Pues muy sencillo. Dada la volatilidad de los mercados financieros, se trata de que la fusión se lleve a cabo antes de la constitución de ESMA, el regulador bursátil paneuropeo, por cuya sede central se pelean París, Fráncfort y Londres, aunque los franceses son los favoritos.
Se trata de la futura European Securities and Markets Authority (ESMA) cuya constitución ha sido encomendada a la española Nadia Calviño. Antes, la hija del ex director general de RTVE con Felipe González, el famoso José María Calviño, era directora geral de la Competencia de la Comisión europea, hasta que tuvo que abandonar dicho puesto cuando Joaquín Almunia ascendió a comisario del ramo. No puede haber dos compatriotas como primero y segundo de un mismo departamento, por lo que a Calviño se le encargó la creación de la poderosa ESMA, cuya presidencia todos anhelan.
Pues bien, antes de que eso llegue, Elena Salgado, vicepresidenta económica, pretende que el Banco de España controle los mercados.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
