Nada menos que 128 bancos, los más grandes de Europa, serán inspeccionados a partir de ahora por el Banco Central Europeo. Es más, el equipo de inspectores ya funciona con base en Fráncfort y está estableciendo las normas de supervisión en el día a día. Mandan los alemanes, como es habitual, que no natural, pero eso no tendría por qué ser especialmente grave. Lo peor es cómo y en qué dirección mandan.

Tres ideas, a cual más nociva, de la nueva supervisión bancaria, que es tanto como decir del conjunto de la economía financista en la que desgraciadamente vivimos.

El BCE persiste en su error sobre el sector bacnario: un buen banco no es el que tiene mucho capital sino el que tiene poca mora

1.- Oligopolio bancario. Lo que quiere el BCE es que los bancos se fusionen para tener pocos bancos con los que relacionarse y con los que conspirar (sí, conspirar en caso de crisis). Burro grande ande o no ande, es el principal axioma bancario de don Mario Draghi y de todo el sistema financiero y empresarial. Mariano Rajoy (mañana del miércoles, en el Congreso) asegura que "el signo de los tiempos es la integración", en economía lo mismo: pocas unidades, muy poderosas. Y a los pequeños -a todo lo pequeño- ni agua. Un capitalismo que contradice a la doctrina social de la Iglesia y a la misma esencia del Cristianismo, además de ser nocivo para el desarrollo económico. En plata: el pez grande se come al chico

Y es que resulta más fácil negociar con seis bancos -o gobiernos, o empresas, o individuos- que con 600. Y, por supuesto, si un banco grande cae, se le ayuda con fondos públicos. Si cae uno pequeño, se le deja quebrar. Ojo, la solución no es salvar ni a unos ni a otros: la solución es no salvar a nadie con fondos públicos.

2.- Un banco bueno es aquel que tiene mucha capitalización. Si entra en crisis se amplía el capital y a correr. Hombre no, un buen banco no es el que tiene mucho capital sino el que tiene poca morosidad. Y un banco local puede ser más rentable y más solvente que un monstruo financiero.

El signo de los tiempos es la integración, dice Rajoy. Oiga, el signo de los tiempos es lo que queramos que sea

3.- El BCE llega tarde con su inspección paneuropea. Llega tarde porque ahora lo importante ya no es la banca, sino la banca en la sombra, esa que totaliza más de 50 billones de euros en el mundo (50 veces el PIB español) y que no se somete a regulación alguna. Eso es lo que la nueva inspección bancaria debería tener en su punto de mira, porque la banca en la sombra es mucho más nociva y poderosa que la banca tradicional. Hablamos de fondos de todo tipo, los que ahora controlan los mercados, las empresas y, en muchos casos, los países.

Eulogio López