La Plataforma Ciudadana Villalba por la Mujer denuncia que el alcalde se refugia en la legalidad para esconder su disciplina política

Frustrante. Así es como la Plataforma Ciudadana Villalba por la Mujer califica el encuentro mantenido con el alcalde de Villalba, Juan Pablo González Durán, el pasado martes 21 de octubre. Dos representantes de la plataforma manifestaron al alcalde sus inquietudes por la apertura del centro de abortos Anacaona SL en la C/ Camino de Berrocal, 6.

El alcalde se limitó a señalar que el centro cumplía "con todos los requisitos establecidos en la legislación vigente" y que -por lo tanto- su obligación como alcalde era otorgar la licencia. Hacer otra cosa sería prevaricar. Éste fue su discurso y de aquí no se movió durante toda la reunión. En su opinión, el tratamiento del centro abortista no debe ser diferenciado del tratamiento de cualquier otro establecimiento que solicite licencia, si bien dijo que iban a "vigilar que cumpla con las ordenanzas".

Los miembros de la plataforma le respondieron que un centro de abortos no es como una panadería o un taller de reparación de coches. "Igual que se movilizaría un pueblo contra la apertura de un lugar de residuos tóxicos, nosotros no queremos este centro en nuestra ciudad", explicaron desde la plataforma. Resulta evidente que las consecuencias morales y sociales de un centro de realización de abortos trascienden la mera actividad mercantil y el cumplimiento de la legislación. Por eso los miembros de la plataforma le pidieron que -al menos- mostrara públicamente qué opinaba del aborto y este centro.

El alcalde insistió varias veces en que el aborto violenta los principios de ciertos colectivos y que él hacía lo que tengo que hacer como alcalde y que -aunque respetaba la posición de la plataforma- no iba a modificar su forma de actuar en este tema. Y eso a pesar de que la plataforma le relató la violencia machista que existe detrás de la mayoría de los abortos provocados, según ha señalado Victoria Virtudes, la portavoz del centro de realización de aborto CB Medical, recientemente cerrado.

"La moralidad privada" -señaló González Durán- "no puede imponerse sobre la actuación pública". ¿Significa eso que el Sr. alcalde gobierna el municipio sin criterios morales? Pero ¿por qué la moralidad sí que aflora en algunas actuaciones municipales, y en la apertura del centro de abortos el alcalde se refugia en el cumplimiento estricto de la legislación vigente?

Por lo demás, en un momento de la entrevista, el alcalde sugirió qué pena que seáis tan matemáticos con el tema de la vida cuando vosotros no escucháis a las mujeres, cuando hay miembros de la plataforma que trabajan en fundaciones como de ayuda a la mujer embarazada en riesgo grave de exclusión social. ¿Declaración ideológica? En una calculada ambigüedad, González Durán, afirmó respetar tanto a los que defienden seguir adelante con el embarazo como a los que no. Y por supuesto, defendió las actuaciones de la consejería de Mujer del Ayuntamiento en su labor de prevención de embarazos imprevistos.

En realidad los planes son inexistentes. La Consejería de Mujer está centrada en el Observatorio Regional de Género, el III Plan de Igualdad de Oportunidades, el programa Mujeres Activas y la guía de conciliación. Por su parte, la consejería de Juventud se ha sumado al programa Si te lías, úsalo de promoción del preservativo y cuenta con el programa de educación sexual ¿Crees que lo sabes todo?. Ni una referencia a la promoción y/o apoyo a la mujer embarazada con riesgo de exclusión social. Da toda la impresión de que ante un embarazo en dificultad el Ayuntamiento todo lo que les dice a sus ciudadanas es que aborten, protestaron los representantes de la plataforma. El alcalde insistió en refugiarse en programas sociales inexistentes.

La segunda estrategia utilizada por el alcalde de Villalba fue tratar de lanzar balones fuera. En su opinión, la responsabilidad del Ayuntamiento de Villalba es residual en comparación con la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid que es que otorga la licencia como centro sanitario. Cierto. Por eso se le comunicó que no sólo se han depositado las 8.000 firmas de rechazo en el registro de la Comunidad de Madrid sino que también se desea celebrar una reunión con el consejero de Sanidad.

Pero eso no significa que el Ayuntamiento no asuma responsabilidad con su licencia. Ni tampoco significa que el alcalde se pueda lavar las manos. Porque más allá del cumplimiento de la legalidad, está la responsabilidad moral, social y política. El Ayuntamiento es la administración más cercana al ciudadano; igual que cuando se inaugura un hospital en Villalba todos identifican que el responsable es el alcalde (aunque lo financie la Comunidad), también aquí todo el mundo interpretará que el responsable es el alcalde, refirieron los portavoces de la plataforma. González Durán insistió: "la responsabilidad es de la Comunidad, y yo hago lo que tengo que hacer".

Lamento lo ocurrido, señaló el alcalde en un momento de la entrevista. ¿El qué lamenta? ¿Que se abra un centro de abortos que segará vidas y dejará maltrechas a las usuarias o que haya un conflicto social como consecuencia de su pasividad? ¿Lo que le molesta no es que pueda tener cargas políticas y pérdida de votos? Más bien parece que lamenta lo último. Al fin y al cabo, en la misma entrevista el alcalde de Villalba justificó la solución de la interrupción voluntaria del embarazo.

Al alcalde no parece importarle que 8.000 ciudadanos de Villalba y la Comunidad de Madrid hayan plasmado su nombre, firma y DNI en contra de la apertura de un centro de abortos en Villalba, ni que más de medio millar de villalbinos hayan salido a la calle a protestar por la apertura de un centro abortista en su localidad.

Al finalizar la reunión, González Durán afirmó que no puedo hacer otra cosa. La razón última bien podría ser la disciplina de partido, interpretan desde la Plataforma Villalba por la Mujer. Pobre. Muy pobre respuesta a una queja ciudadana masiva. Porque el alcalde sabe que sí dispone de margen para hacer mucho más que cumplir como un funcionario con el sello municipal requerido. Puede lanzar el mensaje de que el aborto es un drama para la mujer. No sería incompatible con su partido. El vicepresidente del PSOE, José Blanco, ya se ha manifestado en esos términos.

Y sobre todo, podría implantar programas sociales de apoyo a la mujer embarazada. Pero no lo hace. Prefiere refugiarse en la estricta legalidad supuestamente neutra moralmente. Da toda la sensación de que el alcalde antepone su seguridad política al bienestar de las villalbinas, concluye la Plataforma Ciudadana Villalba por la Mujer, que anuncia que seguirá consiguiendo adhesiones de grupos de diferentes confesiones religiosas y que no pararán hasta que vean finalizado el intento de apertura del centro abortista en su localidad.