José María Saponi, alcalde cacereño del Partido Popular está feliz. Bajo su patrocinio, la espléndida capital cacereña va a organizar el Congreso de adopción homoparental, que puede significar muchas cosas pero en la práctica sólo significa una: que los gays adopten niños, tal y como admite la reforma del Código Civil sobre el homomonio, promulgada por el Gobierno Zapatero.

Saponi no debe de haberse enterado de que su partido ha presentado un recurso de anticonstitucionalidad contra el gaymonio. O no quiere enterarse. Incluso, en la información sobre tan magno certamen, nos encontramos con las declaraciones de su director, el catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla, Jesús Palacios, para quien no se va a tratar si las adopciones son positivas o no, porque éste es ya un tema resuelto, sino las respuestas técnicas que hay que dar a la normativa recién aprobada, que abre la posibilidad a que dos hombres o dos mujeres puedan llevar a cabo la adopción conjunta de un menor. Al parecer, palacios no se ha enterado de que la mayoría de los españoles sigue oponiéndose a que los gays adopten niños, un porcentaje mucho mayor de los que aceptan el gaymonio.