El fuerte incremento del ahorro no se traduce en inversión Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Ante las dificultades económicas, las familias españolas se han lanzado a ahorrar. Como locos. Y eso a pesar de estar sobreendeudados. El crecimiento de 10 puntos coloca nuestra tasa de ahorro en los 24,3%. El problema es que ese ahorro no se traduce en inversión. Los depósitos bancarios mejoran, pero las entidades financieras no utilizan esa liquidez para financiar nuevos créditos o proyectos de inversión. Más bien, esa liquidez se está destinando a financiar al sector público que está invadiendo de deuda el mercado.

Al final, se produce un efecto expulsión. Según los datos que manejan desde el PP de los 65.000 millones de créditos nuevos, 1.000 han ido a las empresas, o a las familias y 64.000 a financiar al sector público. Es decir, curiosamente el dinero de ahorro de los españoles sirve para financiar el endeudamiento del Estado. ¿Y quién financia a las pymes? Como el sector público ha expulsado al privado, las empresas deben recurrir al ICO. Al final, el mundo al revés: el sector privado financia al público y el público financia al privado. Las cosas no marchan bien.