Sr. Director:
La oposición al aborto es, en el mundo actual, una urgencia profunda que involucra a todos los defensores de la justicia.

Por ello, allí donde sea posible, habrá que suprimir las leyes abortistas. Donde la supresión resulte, por ahora, impracticable, habrá que buscar nuevos caminos para reducir el enorme daño que resulta de la difusión de una mentalidad permisiva ante un tema clave para la vida de millones de seres humanos que piden silenciosamente el respeto de su derecho a la vida.

La Madre Teresa de Calcuta explicaba que el aborto mata la paz del mundo. Por eso podemos añadir que el mejor camino para promover la paz y la justicia consiste en acoger, respetar, amar al más pequeño e indefenso de los seres humanos, al hijo que han empezado a vivir en el seno materno.

También con leyes que prohíban cualquier tipo de aborto. Por eso pienso que el aborto es siempre un mal; legalizarlo es siempre un mal mayor y nunca un  mal menor; considerarlo un derecho, una ignominia.

José Morales Martín

jomomartin121@gmail.com