Existen algunos detalles de los sistemas electorales que son fácilmente perfectibles. En Perú, por ejemplo, el 93% de los ciudadanos abogan por un sufragio voluntario. La obligatoriedad obliga a costosos y largos desplazamientos. Y lejos de fomentar el espíritu de participación, la obligatoriedad despierta el desinterés y el malestar de la ciudadanía. Será uno de los retos del recién elegido presidente del Perú, Alán García.

Mientras, en México, el presidente que salga elegido de las elecciones del próximo 2 de julio tendrá que esperar hasta diciembre para tomar posesión de su cargo. Medio año de inactividad que deja al presidente saliente con las manos atadas y al entrante con el 'quiero y no puedo' demasiado alargado. No ofrece estabilidad al país, paraliza el gobierno durante medio año y además ofrece un periodo demasiado generoso para que el presidente saliente le de uso a la trituradora de papeles delicados. ¿Para cuándo las reformas?