Se deben proteger a los seres humanos concebidos y que nacerán con alguna discapacidad tras un diagnóstico prenatal.

Hasta hoy, esas criaturas estaban condenadas a la  pena de muerte. Desde el año 1985, en el que entró en vigor la ley del aborto, han sido eliminados unos 45.000 niños en gestación. El grupo humano que más ha sufrido este cruel diagnóstico prenatal ha sido el de los niños con Síndrome de Down. En torno al 90% de las personas que deberían haber nacido con este síndrome han sido eliminadas al ser delatadas por el diagnóstico prenatal dentro del claustro materno.

Según informa ACI/EWTN, la Federación Española de Síndrome de Down, protestó contra las actuales normas abortistas ya que resulta "inadmisible que la ley posibilite un aborto por el hecho de que el feto tenga una discapacidad".

Ante el anuncio del Gobierno de modificar la actual ley del aborto, la organización defensora de las personas con discapacidad exigió que la nueva ley "otorgue el mismo valor a la vida de las personas con discapacidad que a la vida de aquellas sin discapacidad". Recientemente, el ministro de Justicia ha manifestado que la reforma legislativa girará en torno a "reforzar la protección del derecho a la vida".

El deseo de prevenir que nazcan chiquillos con invalidez genética está llevando a un progresivo empleo del dictamen prenatal que, en caso de ser desfavorable, terminará en un aborto. Una muestra de ello es el testimonio que ha divulgado "The Guardian". El periódico anglosajón dio a conocer los resultados de una investigación científica de la Universidad de Cambridge, en la que se examinaron las conductas de 235 adolescentes desde su embarazo hasta los 8 años.

Algunos perciben estos datos como un apoyo a la independencia de la joven embarazada. Otros se preguntan si no estaremos utilizando el dictamen prenatal como parte de una maniobra de pesquisa y devastación de los incapacitados físicos o mentales.

¿Qué valores deben estar en juego en el análisis genético anterior al nacimiento?: el respeto a la existencia humana, tanto particular como colectiva, el respeto a los niños discapacitados.

Por otra parte corresponde aclarar que nace una criatura con el síndrome Down por cada 800 partos, entre mujeres de 30 a 34 años. Lo monstruoso es que ya no nacen críos con el síndrome de Down, porque son destrozados cuando aún están recluidos en el seno materno. Es el peor de los crímenes ya que se elimina a seres inocentes, indefensos y débiles.

Por otra parte, una entidad financiera lanzó una campaña publicitaria con el siguiente mensaje: "el alma no cambia. Desde hace más de cien años un alma inquieta recorre el país para ayudar a las personas que más lo necesitan. En nuestra empresa mantenemos el compromiso de destinar aún más ganas y recursos para contribuir a mejorar nuestra sociedad".

"Mi madre acudió al médico en su segundo mes de embarazo. El médico decretó la interrupción del embarazo, pero mi madre se negó. Siete meses más tarde nací yo. Hoy, en 1824, en el Kärmerton de Viena, estreno mi novena sinfonía, mi canto personal a la alegría de vivir", afirmó Ludwig van Beethoven.

Clemente Ferrer
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